Cuentos de la Naturaleza

Cuentos de la Naturaleza para concienciar a los niños y niñas de todo lo que les rodea. Disfruta con tus niños y lee cuentos de naturaleza para enseñarles y educarles en valores humanos. Te lo pasaras genial educando con cuentos sobre la naturaleza, cuentos de seres vivos, cuentos de plantas, cuentos de planetas y muchos más cuentos de la naturaleza. Cuentos cortos para niños que tienen como protagonista a la naturaleza. Cuentos de naturaleza y del cuidado del medio ambiente.

Cuentos de la Naturaleza:

EL LEON Y EL VIENTO

Había una vez un león muy especial, llamado Simba, que vivía en la sabana africana. Simba solía jugar en las praderas, corriendo y saltando junto a sus amigos los leopardos y otros leones de la zona.

Simba tenía una habilidad muy especial, y era que cada vez que rugía generaba una cantidad de viento tan grande, que parecía que soplaba un huracán.

Cuentos infantiles - El leon y el viento

En la sabana donde Simba vivía, había muchos tipos de animales: jirafas, elefantes, hienas,… y a pesar de que no era un sitio muy verde, había muchas especies de árboles y plantas.

Un día, mientras Simba jugaba con sus amigos, vieron como unas máquinas enormes destruían parte de alguna pradera para escavar en la tierra. «Los hombres están construyendo pozos de petróleo…», dijo uno de los leones más sabios del lugar.

Poco a poco, los hombres fueron construyendo más pozos de petróleo, y destruyendo la naturaleza de la zona.

Simba vio como, cada vez tenía menos amigos con los que jugar, y menos praderas por las que correr, y supo que los hombres eran los que estaban provocando aquello.

Por lo que decidió preguntar al León más sabio de la zona para que le diera una solución.

El sabio le dijo: «La única solución es que los hombres dejen de consumir petróleo y usen las energías renovables, como el viento…» Sigue leyendo

LA ARDILLA Y EL FUEGO DEL BOSQUE

Había una vez, una joven ardilla llamada Tic, que vivía en una casa de madera, en lo alto de un árbol en medio de un bosque.

El bosque en el que vivía la ardilla Tic, era un lugar precioso. Aquel bosque, estaba lleno de vegetación por todas partes, había árboles y arbustos de todos los tamaños. Todo ello, era posible gracias al río que atravesaba el bosque, y que llenaba de vida ese lugar, pues como bien sabía la ardilla Tic, el agua es vida.

 

Cuentos infantiles - La Ardilla y el fuego del bosque

Un día, cuando Tic se encontraba descansando en su casa del árbol, unos gritos que provenían del interior del bosque, la despertaron. Así que salió a curiosear…

Tic iba saltando de un árbol a otro, para darse más prisa y llegar antes al sitio de donde provenían esos gritos. Cuando la ardilla llegó, se encontró con un grupo de personas, que estaban haciendo fuego en el suelo para hacer una barbacoa.

La ardilla se asustó muchísimo, pues sabía que justamente hoy, que comenzaba el verano, no estaba permitido hacer fuego en el bosque, por el gran peligro que existía de provocar un incendio.

Así que sin perder un momento, se dirigió a la casa del guardabosques para intentar, de alguna forma, avisarle de que el bosque se encontraba en peligro.

Cuando Tic llegó a la caseta del guardabosques, que se encontraba durmiendo, se coló dentro de la caseta por un pequeño agujero que había en el suelo, y encendió la televisión para que viera por la cámara de seguridad, que un grupo de gente, estaba haciendo fuego en el bosque. Justo antes de salir de la caseta, la ardilla Tic le lanzó una tapa de un boli, y salió corriendo para conseguir despertar al guardabosques y que viera lo que estaba sucediendo.

De repente, el guardabosques se despertó y Sigue leyendo

EL CANGREJO MORENITO

Érase una vez un cangrejo que vivía en una playa del sur de España. El resto de cangrejos le llamaban Croqui, porque le gustaba mucho rebozarse en la arena y ponerse como una croqueta.

 

Cuentos cortos - El Cangrejo morenito

A Croqui le gustaba mucho la luz del sol, y cuando llegaba el verano se volvía loco por coger el mejor sitio de la playa para tomar el sol.

Siempre estaba muy moreno, pero nunca hacía caso de las recomendaciones de los cangrejos más mayores.

Los cangrejos adultos le decían que se pusiera crema protectora, para evitar las quemaduras que el sol le podían provocar en su caparazón, pero él decía que eso no le iba a hacer daño.

Un día de verano, con un sol espléndido, estaba Croqui tomando el sol, cuando de repente empezó a oler a quemado. «¿Qué es lo que estarán quemando?«, pensó.

Hasta que se dio cuenta de que estaba saliendo humo de una de sus patas, y que se estaba chamuscando. Así que, corrió y corrió para meterse en el agua a refrescarse.

Después de salir del agua, Croqui observó las quemaduras que tenía en la pata, y se dio cuenta de que si hubiera hecho caso a los cangrejos más mayores, no se hubiera quemado.

Croqui aprendió que, el sol en la playa, hay que tomarlo con protección. Además, cada vez que nos bañamos tenemos que volver a echarnos crema, para que no nos pase como a Croqui el cangrejo morenito.

FIN

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EL MONO Y LAS PIEDRAS

Había una vez, un mono llamado Monki, que vivía en una isla, en gran parte habitada por monos. Los científicos más importantes del planeta, habían deducido que el cambio climático afectaría gravemente a esta isla, inundándola casi por completo.

Así que los monos decidieron hacerse, cada uno, una casa en la parte más alta de la isla, para estar resguardados de las inundaciones, el día que llegara el desastre.

 

Cuentos infantiles - el mono y las piedras

Monki, había hecho los planos de su casa para que resistiera a una gran inundación, y eso requería de piedras de gran tamaño.

Todos los monos hicieron su casa en un día, y después se pusieron a jugar a las cartas disfrutando de sus nuevos hogares.

Además, el resto de monos, se reían de Monki, porque cuando ellos ya tenían su casa construida, Monki sólo había hecho los planos de la suya.

Pero Monki estaba convencido de que su casa iba a resistir cualquier inundación y, aunque tardara mucho más en construirla, podría valer la pena.

Monki trasladaba una gran piedra al día, para construir su casa, por lo que la casa iba tomando forma muy lentamente.

El resto de monos seguían riéndose de él, ya que veían que Monki sólo ponía una piedra al día.

Pero a Monki no le importaba, y seguía subiendo una piedra al día para la construcción de su casa.

Al cabo de unos meses, cuando el resto de monos ya se había cansado de jugar a las cartas, Monki terminó su casa y, Sigue leyendo

EL VERANO PARLANCHIN

Érase una vez, una estación del año, llamada verano, a la que le gustaba mucho el sol. Le gustaba tanto el sol, que se pasaba hablando con él todo el día. El sol era su mejor amigo, y para el sol, el verano también era el compañero más agradable.

El sol estaba todo el día aburrido, sacando sus rayos hacia la superficie de la Tierra, sin hacer nada más, por eso, cuando el verano hablaba con él, se distraía y pasaba un buen rato.

Cuentos cortos - el verano parlanchin

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