Cuentos de la Naturaleza

Cuentos de la Naturaleza para concienciar a los niños y niñas de todo lo que les rodea. Disfruta con tus niños y lee cuentos de naturaleza para enseñarles y educarles en valores humanos. Te lo pasaras genial educando con cuentos sobre la naturaleza, cuentos de seres vivos, cuentos de plantas, cuentos de planetas y muchos más cuentos de la naturaleza. Cuentos cortos para niños que tienen como protagonista a la naturaleza. Cuentos de naturaleza y del cuidado del medio ambiente.

Cuentos de la Naturaleza:

EL SABIO PACIENTE DE LA CUEVA

Había una vez una montaña muy muy alta, en la que abundaban los árboles y los arbustos, y donde los humanos que existían allí, vivían en cuevas cavadas en la misma roca de la montaña.

Allí convivían dos familias. Una familia vivía en una cueva de color gris, y la otra familia vivía en una cueva de aspecto verdoso, color que se debía al tipo de piedra, donde se excavó la cueva.

Por tanto, las familias se llamaban la una a la otra: la familia gris, y la familia verde.

 

Cuentos infantiles - El sabio paciente de la cueva

La familia gris estaba compuesta por un padre, una madre y un joven de catorce años, llamado Pedro.

La familia verde la formaban un padre, una madre, un niño pequeño de cuatro años, y un abuelito sabio.

Las dos familias solían juntarse para comer juntos en alguna ocasión. En una de estas ocasiones, hablaron sobre los árboles de la montaña, y sobre cómo hay que talarlos para obtener madera, con la que hacer fuego y calentarse. Pedro también intervenía en la conversación.

El sabio escuchaba atentamente al joven Pedro, porque Pedro opinaba que los arboles estaban para talarlos, y que daba igual que se replantaran o no, ya que, una vez plantados, tardaban mucho en crecer.

Cuando Pedro concluyó su razonamiento, el sabio le dijo lo siguiente: Sigue leyendo

TIP, LA HORMIGA CURIOSA

Era primavera, y como es típico en esta época del año, las hormigas salen de sus correspondientes hormigueros en busca de comida para almacenarla para el invierno.

Precisamente, Tip, una hormiga con tan solo unos días de vida, se preguntaba: «¿y por qué tenemos que recolectar comida en primavera y en verano para comerla en invierno?«. Por más que la hormiga Tip, intentaba buscar una respuesta, no conseguía encontrarla, pues aún no había salido del hormiguero y tampoco se había relacionado con ninguna otra hormiga, que pudiera resolverle su duda.

 

Cuentos infantiles - Tip, la Hormiga curiosa

 

Después de una jornada de duro trabajo, la mamá de Tip regresó al hormiguero y no le dio tiempo a entrar a su casa, cuando Tip salió corriendo a la puerta preguntando: «Mamá, ¿por qué tienes que recoger ahora comida para el invierno?«. Entonces, la mamá de Tip, tranquilamente entró en su casa, se sentó en sofá y le dijo: «hijo, recogemos comida en esta época del año, porque nosotras las hormigas no podemos salir al exterior, pues hace mucho frío, llueve e incluso nieva. Si alguna de nosotras sale en invierno, correrá un grave peligro.»

A lo que Tip, le contestó:»Entonces… la lluvia, el frío y la nieve, ¿son malos?«.

«Claro que no Tip, de hecho son necesarios para nuestra vida, pero imagínate que llueve mucho, pues si salimos podemos morir ahogadas, porque somos tan pequeñas que una gota de agua, podría matarnos«, le respondió su mamá.

Tip, era una hormiga muy curiosa, y tras saber la razón por la que trabajaban tan duro en primavera y verano, recolectando comida para el largo invierno, empezó a pensar cómo sería la lluvia o la nieve, así que decidió esperar a las primeras lluvias de Otoño, para comprobar con sus propios ojos, lo que le había contado su mamá.

Era un día de Otoño, bastate frío y lluvioso. Así que, Tip decidió que era el día de salir por primera vez al exterior, y saber cómo era la lluvia. Tip, esperó a que su madre se fuera de casa a tomar un té con unas amigas hormigas, y entonces, salió de su casa en dirección a la salida del hormiguero.

Tip, era muy pequeño todavía y no conocía los peligros a los que se podría enfrentar, y aunque dentro de él, había algo que le decía que desobedecer a su mamá no estaba bien, salió de casa. Según se iba acercando a la salida del hormiguero, escuchaba un ruido más y más fuerte, que no sabía qué podía ser, y cada vez tenía más curiosidad por salir y conocer a la lluvia.

De repente, cuando estaba a punto de salir al exterior, una hormiga guardián se interpuso en su camino, y le dijo: «¿Dónde crees que vas pequeño?, no ves que está lloviendo…«. Tip, se quedó paralizado, pues no se esperaba que le detuvieran justo cuando estaba a punto de descubrir lo que era la lluvia… Sigue leyendo

EL ESPANTAPAJAROS DE LA HUERTA

Mi nombre es Laura, y soy una niña de 9 años que vive en la ciudad. Los veranos, cuando tengo vacaciones en el colegio, me voy a casa de mis abuelos que viven en un pequeño pueblo.

Un día, me pasé por su huerta, a visitar al señor Anselmo, un vecino de mis abuelos, para que me enseñara a cultivar tomates y zanahorias, pues quería plantar mi propio huerto en el jardín de mi casa. En la huerta que tenía el señor Anselmo, había de todas las hortalizas y frutas que podrías imaginar, pues era el mejor hortelano que nunca había conocido.

«Buenos días don Anselmo!!, ¿Qué tal está?» , le pregunté.

«Muy buenos días señorita, ¿preparada para aprender a saber de dónde salen la mayor parte de la comida?», me respondió.

«Claro que sí, estoy impaciente porque me enseñe a ser hortelana«, le respondí.

Anselmo, me estuvo enseñando durante toda la mañana, como cuidar a los tomates y zanahorias, las veces que había que regarlos, y sobretodo, que es muy importante tener la tierra limpia de otras hiervas que pueden salir, pues afectaría mucho a los tomates.

Con las lecciones de don Anselmo, planté un huerto de tomates y zanahorias, y para proteger a los tomates, pues las zanahorias nacen dentro de la tierra y no necesitan ser protegidas, puse un espantapájaros en la huerta, pues los pájaros se habían comido los primeros tomates que salieron, y no podía permitirlo…

El espantapájaros, sería el encargado de proteger mi huerta de los pájaros que había por esta zona. Mi espantapájaros, tenía un sombrero de paja y un mono azul, y en la cara le pinte unos ojos, la nariz y la boca.

Desde que le puse de guardián de mi huerto, ningún pájaro se había acercado a picar los tomates, y me preguntaba cómo lo conseguía, así que un día, puse una cámara escondida en un matorral y le dí a grabar.

Cuando al día siguiente, recogí la cámara y vi el vídeo, me llevé una sorpresa, Sigue leyendo

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LAS ESTACIONES DEL AÑO

Había una vez, cuatro estaciones del año que se hacían llamar la Primavera, el Verano, el Otoño y el Invierno. Cada estación era de una manera de ser, pero había dos que se llevaban muy mal, ¿y quienes se llevaban mal?, os estaréis preguntando, pues el Invierno con el Verano.

Desde que se conocieron el Invierno y Verano, siempre se han llevado mal, pues al Invierno le gusta mucho el frío, que llueva y nieve, y sin embargo, al Verano le gusta que haya más días de sol, que llueva poco y que haga calor. Así que son como polos opuestos.Cuentos-infantiles-las-estaciones-del-ano Sigue leyendo

EL NIÑO Y LOS ALMENDROS

Érase una vez un niño llamado Chikipú que vivía en un pueblo de Madrid, en España. Chikipú era un niño muy observador y le gustaba mucho la naturaleza.

Le encantaban las flores, y se había dado cuenta que la única época de flores, en los almendros, era la primavera.

Cuentos-infantiles-el-nino-y-los-almendros

 

Todos los días de primavera, le gustaba observar las flores, por los colores tan bonitos que presentaban en esta época del año.

Sin embargo, este niño se ponía muy triste cuando la primavera pasaba, y ya no se podían ver las flores de los almendros.

Un día, su abuelo, que era muy sabio, le dijo, «debes mirar la parte positiva de todas las cosas«, y le contó lo siguiente:

«En verano los almendros no tienen flor, pero puedes acercarte a ellos para que te den sombra.

En otoño Sigue leyendo