Érase una vez, una tortilla de patatas que era profesora en un colegio muy especial. Y es que, en ese colegio especial, los alumnos de la tortilla maestra eran niños patatas y niños huevos.
La tortilla maestra se llamaba Cocidota, pero los niños la llamaban: «Profe tortilla, profe tortilla!«.
Un día, en clase de ciencias, Cocidota les explicó a los niños el significado de la palabra «freír». Y tras la explicación, todos los niños y niñas patata, y los niños y niñas huevo, se quedaron callados y asustados…
La profesora se empezó a reír, y les dijo: «Tranquilos niños y niñas, las únicas patatas y los únicos huevos que se fríen son los que no vienen a la escuela. Vosotros, mientras estudiéis y vengáis a la escuela, no seréis fritos nunca«. Sigue leyendo