Relatos cortos

GINCEA: UN PLAN PARA SALVAR A LOS VINTOR

RELATO CORTO

Nº 9  de la serie «GINCEA»

Los linava observaban impotentes cómo los dispersos asentamientos de los vintor se iban reduciendo y, en muchos casos, desapareciendo. Gincea ya no era un planeta habitable para ellos, por lo que estaban abocados a una desaparición total en pocos geriones. La recuperación de Gincea era posible pero tardaría miles de geriones, un tiempo demasiado largo para la esperanza de supervivencia de los vintor.

La tecnología linava había evolucionado de forma muy diferente a la de los vintor. Desde hacía muchos geriones les había permitido viajar por el espacio y conquistar otros planetas de Tiniel. Ninguno de estos planetas reunía las condiciones mínimas de habitabilidad para los linava y mucho menos para los vintor. También habían realizado excursiones a sistemas estelares cercanos, con largos tiempos de viaje y sin éxito en su búsqueda de nuevos planetas habitables. Sin embargo, la ciencia linava había pronosticado la existencia de planetas en la galaxia con unas condiciones de habitabilidad similares a las de Gincea en el pasado, cuando las dos civilizaciones vintor y linava prosperaban de forma independiente. La tecnología linava tendría que evolucionar hasta permitirles viajes a sistemas estelares lejanos pera verificar el pronóstico de sus científicos.

Las autoridades linava habían trazado un plan de futuro para los vintor. Sigue leyendo

GINCEA, DOS CIVILIZACIONES

RELATO CORTO

nº 8 de la serie “GINCEA”

Las dos civilizaciones de Gincea habían desarrollado formas sociales, culturas y tecnologías paralelas, pero muy diferentes entre ellas. Sus intercambios se limitaban a la mutua vigilancia necesaria para mantener las fronteras de sus respectivos espacios. La diferencia estaba en las desmesuradas necesidades energéticas de los vintor, que crecían exponencialmente hasta hacer peligrar las fabulosas reservas de energía almacenada, muchos millones de geriones atrás, en el espacio de Gincea que administraban. Los linava no requerían tanta energía, manteniendo casi intactas las reservas de su espacio que se utilizaban principalmente para actividades de alta tecnología, lo que les permitió avances muy superiores en la carrera tecnológica.

La evolución había marcado diferencias de consecuencias nefastas para los vintor. Solo recurriendo a la inteligencia podrían haberse mitigado esas consecuencias, pero hubieran necesitado que la dotación de inteligencia también hubiera evolucionado positivamente. Algunos individuos vintor, dotados de una inteligencia superior a la media, eran conscientes de la senda de progreso de su civilización pero no eran escuchados por la clase dirigente, elegida a imagen de la mayoría de los vintor. Además, la división de la sociedad vintor en diversos grupos competidores por la energía disponible, y cada vez más escasa, no favorecía el triunfo de ciertas ideas que parecían venir, más que de los vintor, de los linava. Los vintor rechazaban cualquier idea sospechosa de ser de origen linava. Así, incluso ideas de algunos vintor que no se ajustaran suficientemente a la tradición, eran irracionalmente rechazadas por la sociedad. Sigue leyendo

GINCEA, LOS VIEJOS LINAVA

RELATO CORTO

nº 7 de la serie “GINCEA”

Gincea era un planeta grande, comparado con la Tierra, y sus condiciones climatológicas eran muy similares. Disponía de una superficie en la que alternaban grandes lagos y océanos con vastas zonas sólidas. Los océanos eran muy profundos y las zonas sólidas tenían abundantes elevaciones. Su atmosfera también era similar a la de la Tierra. En la extensa lista de planetas habitados por civilizaciones linava, posiblemente ninguno reunía condiciones tan parecidas a la de la Tierra. Algunos de esos planetas disponían de una atmosfera pobre en oxigeno, pero los linavas se adaptaban a casi todos los medios.

Los linava eran seres livianos, capaces de surcar la atmosfera de Gincea, sus inmensos y profundos océanos, así como vivir en los humedales y zonas sólidas del planeta, incluidos los desiertos. Sus necesidades energéticas eran cubiertas de forma autónoma, utilizando directamente la energía de su estrella Tiniel igual que otros seres de Gincea que hunden sus raíces en las zonas sólidas y en los humedales del planeta (los que son llamados vegetales por los humanos). Los linava mantenían el mismo tipo de sistema digestivo que sus ancestros comunes con los vintor, un sistema sencillo y eficiente, cuya función es obtener determinados minerales y otros componentes directamente del agua o de otros seres vegetales. Esta escasa dependencia de su entorno para la supervivencia, permitió a los linava crecer como civilización organizada en pequeños grupos sociales, que fomentaban relaciones de confianza entre ellos y mantenían su unidad cultural. Sigue leyendo

GINCEA, LOS NUEVOS LINAVA

RELATO CORTO

nº 6 de la serie «GINCEA»

Dos condiciones fundamentales deberían cumplirse en toda civilización, como ocurría en la civilización linava, para tener garantizada su longevidad: La primera, la existencia de una fuerte conciencia de sí mismo de los individuos que la integran y la segunda, la autosuficiencia energética sin perturbar el equilibrio de su entorno. Ambas condiciones no eran independientes, siendo la segunda la que podría condicionar a la primera. Esta experiencia histórica de los linava sería determinante para trazar el plan de acción cuyo objetivo era la protección de ser humano. Por ello, es necesario explicar cómo fue esta experiencia en Gincea, que dio lugar a lo que hemos llamado “nueva era”. Sigue leyendo

GINCEA DECRETA LA PROTECCION DEL SER HUMANO

RELATO CORTO nº 5 DE LA SERIE “GINCEA”

Los linava avanzaban en el conocimiento de la Tierra y su diversidad en formas de vida. Era inevitable recurrir a su gran experiencia en la conquista de planetas habitables, por lo que, una vez más, tuvieron la oportunidad de verificar que los patrones de desarrollo de vida en la Tierra eran similares a los ya conocidos de otros planetas conquistados: Las formas de vida que adquieren más desarrollo, diversidad y ocupación son las “energéticamente autónomas”, es decir, las que utilizan directamente la energía estelar, siendo las primeras que aparecerán cuando el entorno les sea propicio. Más adelante aparecerán otras formas de vida dependientes de las primeras y así sucesivamente. En la Tierra, este proceso culminaba con la forma de vida humana que, en última instancia, dependía de las energéticamente autónomas, como las llamadas “vidas vegetales” por los humanos.

Toda forma de vida necesita energía para su desarrollo, por lo que su evolución dependerá de la abundancia de energía y la eficiencia en su utilización. Los humanos dependían energéticamente de otras formas de vida, Sigue leyendo