Cuentos de Personas

DOGUI, EL PERRO TRANQUILIZADOR

Los dueños de Dogui vivían en un pueblecito cercano a Vitoria, cuando decidieron tener al perrito. Fue una decisión difícil de tomar, ya que por un lado, les iba a hacer mucha compañía, pero por otro, era una gran responsabilidad.

Dogui fue creciendo con sus dueños, y era feliz. Todos los días salían a dar paseos por los alrededores, y los fines de semana se iban a la montaña. Dogui comía lo que sus dueños le preparaban, incluso le llegaron a gustar las gambas al ajillo y las patatas al microondas, los platos estrella de la casa. La educación que había recibido Dogui era muy buena, y sabía estar en cualquier situación y momento sin llamar la atención, y sin molestar a los demás perros ni personas.

 

Cuentos cortos - Dogui el perro tranquilizador

Entonces, llegó el verano, y Dogui con sus dueños se fueron a una casa en la playa que tenía la familia del dueño, era una casa pequeña, pero con una terraza amplia y cómoda para Dogui. Todo iba bien, hasta que Dogui sintió curiosidad por un sonido que procedía del interior de la casa, era un sonido suave, constante, y a veces no se oía… era el llanto de la sobrinita recién nacida de los dueños. Existía un problema, y era que a la familia del dueño no le gustaban los perritos, y aunque Dogui fuera especial, no lo conocían y les producía cierto rechazo.

Un día, Dogui entró en la casa siguiendo el sonido que tanto le llamaba la atención, y al ver de donde procedía, se quedó parado, mirando a la bebé, y pensó: «¡Qué niña tan bonita! ¿Por qué llorará?» Entonces, su dueño entró y le reprendió por haber entrado en la casa sin permiso, y lo dejó fuera de la casa. Al día siguiente, Dogui volvió a entrar en la casa como hipnotizado por el mismo sonido, y esta vez fue la niña quien se le quedó mirando y dejó de llorar. Todos los días, los miembros de la casa observaban como la niña se tranquilizaba y sonreía cuando veía a Dogui.

Así fue, como la familia del dueño se dio cuenta de que Dogui era especial, respetaba a sus dueños y familias, y no pedía nada a cambio, porque con la sonrisa del bebé se sentía satisfecho. Todos entendieron que la convivencia con Dogui era muy enriquecedora y pensaron que les gustaría repetir la experiencia el verano siguiente, cuando la pequeña ya pudiera jugar con Dogui…

 

FIN

Cuento infantil escrito por Ulica Tizaber

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EL SEÑOR CAMIONERO

Érase una vez, una madre que buscaba trabajo a otras personas, y encontró trabajo a un señor pobre. El señor estuvo en deuda con la madre. Este señor, que se llamaba Antonio, acabó trabajando de camionero. Tenía un jefe que era muy amable y le pagaba 350 euros. Así, Antonio, se compró una casa y vivió muy feliz.

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FIN

Cuento corto escrito por Sergio (8 años)

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LOS HERMANOS Y LA PAELLA SALADA

Había una vez cuatro hermanos que se llamaban Pedro, Juana, Luis y María, que vivían con sus padres en una casa muy grande. Estos cuatro hermanos, eran muy felices y traviesos. Solían jugar todos juntos con María, la más pequeña, en el parque que había cerca de casa de sus padres.

Cuando los cuatro hermanos se hicieron mayores, se fueron a vivir cada uno a un lugar distinto, lo que para sus padres fue muy duro y al principio estaban muy tristes.

Sin embargo, los cuatro hermanos solían visitar muy a menudo a sus padres, sobretodo Juana, la hija mayor, pues vivía en un pueblo cercano. Los hermanos, acordaron que todas las semanas se reunirían todos para ir a visitar a sus padres y comer con ellos, para que así no estuvieran tristes.

Los padres de los cuatro hermanos, se sentían muy felices cuando sus hijos estaban allí, y se divertían mucho cuando veían a su hijo mayor, Pedro, y a María, la pequeña, competir para ver quién hacía la mejor paella.

 

Cuento corto - Los hermanos y la paella salada

Hoy, era un día de esos en los que los hermanos se reunían, y Pedro iba a hacer una paella para celebrar el día del padre. Cuando todos estaban ya sentados esperando a que se sirviera la paella, de repente, uno de los hijos de Luis, que había probado la paella sin que nadie se enterara dijo: «¡qué mala está la paella!«.

Pedro, al escuchar decir eso a su sobrino, que siempre solía tomar dos platos de paella, se quedó asombrado y le preguntó: «¿no está buena mi paella?«. Sigue leyendo

EL EQUIPO DE FUTBOL INVENCIBLE

Había un equipo de fútbol al que no le ganaba nadie porque eran muy buenos. Un día les tocó jugar contra otro equipo, que eran bastante peores que ellos.

Era el último partido de la copa mundial, y el equipo al que no le ganaba nadie salía sin nervios al campo de fútbol, pues pensaban que les ganarían por goleada.

Cuentos infantiles - El equipo de futbol invencible

Para sorpresa de todo el mundo, el peor equipo jugó muy bien y consiguió ganarles por 4 goles a 3, por lo que ganó la copa mundial.

Entonces, el equipo que hasta entonces había ganado, se dio cuenta que no siempre se puede ganar.

 

FIN

Cuento corto escrito por Sergio, un niño de 8 años.

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EL BEBE AHORRADOR

Fran tenía 28 semanas cuando comenzó a dar muestras de ser ahorrador, y de preocuparse por la naturaleza. Desde que nació había sido muy espléndido con las cosas, por ejemplo, dormía con la luz del pasillo encendida porque le daba miedo la oscuridad, a medianoche se despertaba con hambre, y lloraba hasta que su madre iba a darle dos petit-suisse y un plátano, y tenía tres chupetes siempre cerca, por si alguno se le perdía, no tener que buscarlo.

Un buen día, sus padres y su hermana se quedaron perplejos, al comprobar que Fran lloraba cuando la luz estaba encendida, y se quedaba dormido plácidamente, cuando ésta se apagaba. Entre ellos comentaron lo sucedido, y pensaron que sería cosas de bebés, así que no le dieron mayor importancia.

 

Cuentos infantiles - el bebe ahorrador

Esa misma noche, la madre de Fran tenía preparados los petit-suisse y el plátano en la mesita de noche, para dárselos en cuanto se despertara, pero qué sorpresa se llevó cuando sonó el despertador, y todo seguía en su mesita, ¡Fran no había llorado por la noche! Todos se despertaron muy contentos por haber dormido sin interrupciones.

Cuando Fran abrió los ojos, Sigue leyendo