Cuentos de Magia

EL CUADRO DE LA PLAYA

Érase una vez un pueblo llamado Benidorm, en el que había una playa muy grande que se llenaba todos los veranos.

Allí vivían Julián y Belén, dos madrileños. A ellos les gustaba mucho la playa, por lo que sabían que no se irían de Benidorm.

Un día pensaron, que cuando se hicieran mayores, y no pudieran viajar, les gustaría que sus futuros nietos pudieran estar con ellos. Y ya que creían en la magia, idearon un plan para poder estar con sus nietos cuando fueran más mayores.

 

cuentos infantiles - el cuadro de la playa

Julián era buen pintor, y pintó un cuadro de la playa de Benidorm. Detrás de ese cuadro, Julián y Belén, dejaron una nota pensando en sus nietos en la que pusieron lo siguiente: «Pensad en vuestros abuelos, y apareceréis en la playa de Benidorm con nosotros

Julián y Belén regalaron ese cuadro a sus hijos para cuando tuvieran nietos, y les dieron instrucciones para que ese cuadro lo vieran sus nietos y lo tuvieran en su cuarto.

Años después, los nietos de Julián y Belén, tuvieron ese cuadro en su casa de Madrid.

Los nietos, que eran muy curiosos, preguntaron a sus padres que de dónde había salido, y los padres les dijeron que se lo habían regalado sus abuelos y que debían tenerlo ellos en su habitación.

Seguían teniendo curiosidad por el cuadro, y un día, lo descolgaron de la pared y descubrieron la nota de sus abuelos en una esquina del marco. Así que decidieron seguir las instrucciones de sus abuelos.

Entonces descubrieron, Sigue leyendo

EL QUESO DE TRUJILLO

Hace no mucho, en un pueblo de Extremadura, una niña llamada Beatriz, era la encargada de probar todos los quesos procedentes de diferentes sitos de España.

La plaza del pueblo, era el lugar de encuentro tanto de los turistas, como de los puestos de los fabricantes de quesos, donde se daban a probar.

Beatriz, era una niña que tenía unos poderes mágicos, aunque ella los desconocía… Había sido elegida por todo el pueblo para elegir al queso ganador de la feria del queso, pues su gusto y olfato estaban tan desarrollados que parecía magia.

 

Cuentos infantiles - el queso de Trujillo

Al llegar al puesto de un vendedor, que asistía por primera vez a la feria, notó un aroma distinto al de los demás puestos, un olor que nunca antes había descubierto.

Ese vendedor de quesos sólo tenía un queso para dar a degustar a la gente, se trataba de un queso de color amarillento y algo anaranjado, y desprendía un olor que provocaba que la gente no se acercara por allí.

Cuando Beatriz se acercó a degustar el queso, que aún nadie había probado, por oler tan mal, el hombre le partió un trocito de queso y se lo puso en una rebanada de pan.

Justo cuando estaba a punto de meterse el queso en la boca, un hombre del pueblo que también fabricaba quesos grito:»Noooo!!! no te lo comas, te sentará mal porque no es un queso normal»

Entonces, Beatriz se quedó paralizada sin saber qué hacer…pero de repente, el vendedor de aquel queso mal oliente de Trujillo, habló por primera vez diciendo: Sigue leyendo

CRISTINA Y EL PERRO

Había una vez, un perro que se llamaba Harry. Ese perro tenía poderes mágicos y cada ladrido que daba siempre hacía magía.

Pero ese perro vivía en una tienda donde vendían animales, y entonces una tarde, una niña que se llamaba Cristina, fue a la tienda para comprarse un perro.

Cuando vio a Harry, el perro mágico, no se lo pensó ni un momento y lo compró. En ese momento, no sabía cómo llamarlo, pero le gustaba el nombre que le habían puesto en la tienda de animales, así que lo siguió llamando Harry.

Cristina era una niña a la que le gustaban mucho los perros, y ese perro le gustaba más que ningún otro que hubiera visto jamás.

Cuando llevaba un mes con el perro en su casa, Harry se escapó porque quería ver a su familia, a su mamá y a sus hermanitos. Harry hizo magía para poder ver a sus padres, ladró dos veces y se teletransportó a la tienda, donde estaba su familia. Pero, sin embargo, una vez que los vio, volvió a hacer magia para regresar con Cristina.

Al final, Sigue leyendo

EL ESPANTAPAJAROS DE LA HUERTA

Mi nombre es Laura, y soy una niña de 9 años que vive en la ciudad. Los veranos, cuando tengo vacaciones en el colegio, me voy a casa de mis abuelos que viven en un pequeño pueblo.

Un día, me pasé por su huerta, a visitar al señor Anselmo, un vecino de mis abuelos, para que me enseñara a cultivar tomates y zanahorias, pues quería plantar mi propio huerto en el jardín de mi casa. En la huerta que tenía el señor Anselmo, había de todas las hortalizas y frutas que podrías imaginar, pues era el mejor hortelano que nunca había conocido.

«Buenos días don Anselmo!!, ¿Qué tal está?» , le pregunté.

«Muy buenos días señorita, ¿preparada para aprender a saber de dónde salen la mayor parte de la comida?», me respondió.

«Claro que sí, estoy impaciente porque me enseñe a ser hortelana«, le respondí.

Anselmo, me estuvo enseñando durante toda la mañana, como cuidar a los tomates y zanahorias, las veces que había que regarlos, y sobretodo, que es muy importante tener la tierra limpia de otras hiervas que pueden salir, pues afectaría mucho a los tomates.

Con las lecciones de don Anselmo, planté un huerto de tomates y zanahorias, y para proteger a los tomates, pues las zanahorias nacen dentro de la tierra y no necesitan ser protegidas, puse un espantapájaros en la huerta, pues los pájaros se habían comido los primeros tomates que salieron, y no podía permitirlo…

El espantapájaros, sería el encargado de proteger mi huerta de los pájaros que había por esta zona. Mi espantapájaros, tenía un sombrero de paja y un mono azul, y en la cara le pinte unos ojos, la nariz y la boca.

Desde que le puse de guardián de mi huerto, ningún pájaro se había acercado a picar los tomates, y me preguntaba cómo lo conseguía, así que un día, puse una cámara escondida en un matorral y le dí a grabar.

Cuando al día siguiente, recogí la cámara y vi el vídeo, me llevé una sorpresa, Sigue leyendo

EL HADA DESPISTADA

Érase una vez, un hada llamada Rita, que vivía a las afueras de la gran ciudad en una casa que tenía caballos, ovejas, un cerdito, y varios perros pastor.

Al hada Rita le gustaba mucho pasear por el campo, pero tenía un problema, era tan despistada que se le olvidaba que tenía animales dependiendo de ella, y a veces se le olvidaba darles de comer.

 

Cuentos infantiles - el hada despistada

Otras veces se le olvidaba darles cariño, o corregirles cuando hacían algo mal, pero pensaba: «… si es que son animales no creo que les pase nada..

Un día se dio cuenta de sus habilidades, y pensó: Sigue leyendo