CAPÍTULO I
Hace muchos, muchísimos años, en un lugar muy lejano, había un país situado en un inmenso valle, gobernado por unos ancianos reyes. Al igual que en todos los estados de aquella época, estos reyes tenían un poder absoluto sobre los ciudadanos, pudiendo hacer y deshacer a su antojo.
La vida allí transcurría monótona y aburrida desde hacía siglos, hasta que un buen día un acontecimiento singular vino a turbar esta monotonía.
Todo empezó una mañana de un día primavera.
Un objeto, veloz como una ráfaga de luz, atravesó el país de norte a sur y de este a oeste.
– ¿Qué ha ocurrido? Algo ha pasado a mi lado a la velocidad del viento. Ni siquiera he podido ver lo que era.
Todos los ciudadanos estaban sorprendidos y asustados. El misterioso objeto estuvo desplazándose de un lugar a otro durante dos días enteros, hasta que al fin se detuvo justo en la capital. Los vecinos no podían dar crédito a sus ojos y pronto el temor se convirtió en curiosidad y perplejidad por el espectáculo que estaban viendo.
– ¿Qué es este ser tan extraño y al mismo tiempo tan familiar? Si parece un… Sigue leyendo