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UN RATON AVENTURERO

Cuento Infantil para niños, creado por: Marticela Llorente Valdonado

Erase una vez un pequeño ratoncito llamado Antonio, el cual dedicaba su tiempo a viajar por todo el mundo, viajaba en bus, en tren, en barco y hasta en avión; pero un día que jamás olvidara fue en San Valentín. Se encontraba viajando en un barco rumbo a París a la ciudad del amor con Licy, pero ese día una gran tormenta partió el barco en dos pedazos dejándolo a él inconsciente y separándolo de su único y gran amor, Licy.

Él fue rescatado por un par de ratas, las cuales lo llevaron a su madriguera para salvarle la vida. A los cuatro días de permanecer inconsciente abrió los ojos y solo gritaba el nombre de su amada Licy. Una de las ratas le dijo:

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– «Hermano no se quien es Licy«.

Pero el ratón seguía pronunciando el nombre de su amada y en sus pocos recuerdos que tenía de aquel trágico accidente les contaba a las ratas como la conoció y todo lo que sucedió en el barco. Las ratas muy tristes le contaban el estado en el que había quedado el barco y le contaron que no hubo sobrevivientes, él no podía creerlo y lloraba.

Pasados algunos días él le pidió a las ratas que lo llevaran al lugar del accidente para despedirse de su gran amor, las ratas lo acompañaron. Antonio estaba muy triste, le decía a Licy cuanto la amaba, se lo decía con tanto amor como si ella estuviera a su lado y después que se despidió de ella lanzando al mar un ramo de las mas hermosas flores con un mensaje que decía:

– «Las aguas del mar nos separaron pero el inmenso amor que nos tenemos nos unirá por siempre».

Al cabo de los meces el ratoncito Antonio se mudo a la ciudad de New York en una casa inmensa y antigua, la cual no había sido habitada hacía muchos años y la cual quedaba retirada de la ciudad. Ahí vivió solo por muchísimo tiempo, pero un día escuchó el ruido de un vehículo, corrió hacia la ventana del sótano y se dio cuenta que se trataba de un camión de mudanzas. Había un niño y al lado de él estaban sus padres, no podía creer lo que estaba viendo, limpió el vidrio de la ventana para ver si era verdad lo que veían sus ojos pero si era cierto, mientas observaba se dio cuenta que el pequeño niño estaba triste.

La familia del niño terminaron de meter todas sus cosas a la casa, el ratoncito dejó de observar por la ventana y se sentó a leer uno de sus libros favoritos.

Pasaron varios días, el ratoncito se encontraba leyendo muy entretenidamente uno de sus libros cuando escuchó un fuerte llanto que provenía de la sala de la casa y unos gritos, los cuales eran del pequeño niño, pero después de escuchar el llanto y los gritos del niño escuchó unos pequeños pasos que se dirigían hacia el sótano de la casa. El ratoncito asustado tomó sus libros y se escondió detrás de un closet viejo que se encontraba en el lugar y desde allí observó que la puerta del sótano se abría y que el pequeño niño bajaba rápidamente. Este niño se sentó en la parte de delante del closet y lloraba con su cabecita inclinada hacia abajo, el ratoncito miraba al niño y se preguntaba que le sucedería. El ratón una de las veces lo dijo en voz alta y el niño escuchó la voz, se levantó muy asustado del piso y temblaba. El ratoncito en ver que el niño lo había escuchado no sabía que hacer, se giró hacia atrás tratando de ocultarse del pequeño pero el niño muy curiosamente movió el closet buscando la voz que había escuchado y al mover el closet se dio cuenta que había un pequeño ratón. El niño cogió un palo que había en el lugar e intentó pegarle, el ratoncito corrió tratando de protegerse de los ataques, pero el niño lo acorralarló y cuando intento pegarle con el palo el ratoncito gritó:

– «Alto, alto!»

El niño al ver que el ratón había hablado empezó a gritar, el ratón le decía que se calmara que ya no gritara y se empezó a tranquilizar. Le preguntó como es que puedía hablar y el ratoncito comenzó a explicarle.

Cuando le contó la historia, al ver que el niño ya se encontraba mas calmado el ratoncito extendió su mano hacia él y le dijo:

– «Me presento, mi nombre es Antonio».

El niño cogió la mano del ratón y le dijo:

– «Mi nombre es Larry«.

El ratoncito le preguntó al niño porque lloraba, él no le contestó porque estaba entretenido mirando los libros que tenía, pero el ratón al darse cuenta que le gustaba leer sus libros se los arrebató de las manos y le dijo que jamás los volviera a tocar. El niño le preguntó porque y de que eran esos libros, el ratoncito ya desesperado porque el niño le preguntaba una y otra vez de que se trataban los libros decidió decirle que los libros eran de historias de aventuras fantásticas. Larry le preguntó que clase de aventuras eran y el ratón le contó que era de muchos lugares fantásticos los cuales el pensó conocer algún día. Larry le preguntó que porque no se atrevía a conocer esos lugares y él le respondió porque tenía miedo. El ratón le contó a Larry su gran historia de amor y los dos se pusieron tristes, pero el niño inmediatamente le dijo que ya era  el momento de salir a la aventura. También hablaron de los motivos por los que el niño lloraba y dijo:

– «Porque mis padres me habían prometido una y otra vez que me llevaran a explorar el mundo y ellos siempre le contestaban mañana. Pasó una y otra vez hasta que yo me di cuenta que era mas importante su trabajo que yo».

El ratón le dijo: «Tus papas andan muy ocupados y no todo lo que uno desea en la vida se cumple».

El niño se fue enfadado y pasaron varios días y el ratoncito no había visto al niño y en su desesperación por verlo decidió salir del sótano. Fue todo un reto atravesar toda la casa para llegar a la habitación del niño, había perros y gatos pero él pudo escapar a todos esos inconvenientes. Cuando llegó a la habitación del niño tenía miedo abrir la puerta, pero al pasar las horas tomó valor y abrió la puerta, al hacerlo observó que el niño estaba en la cama cubierto con una sabana y estaba llorando. El ratón se acercó al niño y le dijo:

– «Ya no llores más».

El niño al escuchar esa vocecita tan aguda levantó la cabeza y miró al ratoncito el cual estaba parado a un lado de la cama y le preguntó:

– «¿Tu que haces aquí?, eres un mal amigo»

El ratoncito lo miró y le dijo: «He atravesado toda tu casa, me he enfrentado a trampas, perros y gatos para llegar aquí y así es como me recibes?» yo solo venía a disculparme y traía una invitación para ti pero no pasa nada, solo quería lanzarte a la aventura.

Larry al escuchar esas palabras se animó y le preguntó a Antonio:

– «¿Como dijiste ratoncito?»

Traje mis libros y mis mapas para irnos a dar un paseo por todo el mundo, pero como veo que no estás en disposición de viajar me marcho de nuevo al sótano.

El niño dijo: – «No yo iré contigo».

Larry empezó a hacer una maleta, metió ropa, una brújula, comida y monedas para viajar; y desde ese día el niño y el ratón viajaron juntos por todo el mundo. El niño le preguntó a Antonio porque París no esta en la lista. El ratoncito le dijo que no era necesario ir, ya hemos visto lugares hermosos, cosas fantásticas. Larry muy pensativo empezó a recordar la historia de amor y perdida que le había contado el ratoncito cuando se conocieron, el niño le dijo al ratón que quería ir a ese lugar porque si no iba sus sueños de explorar el mundo no estaba completo. Antonio al ver que el niño le insistía mucho decidió ir a París, pero durante todo el viaje el ratoncito estuvo muy triste porque recordaba a su amada Licy.

Cuando iban caminando pasó algo maravilloso, el ratoncito escuchó una hermosa voz de alguien que cantaba en medio de mucha gente en la calle, Antonio salió corriendo entre las personas y al llegar donde estaba Licy la llamó, ella se dio la vuelta y dijo:

– «Amor mío, eres tú».

Él muy contento dijo: – «Sí mi querida Licy».

Se abrazaron muy fuerte, él la levantó y le dio el mas dulce y romántico beso de amor. Después le presentó a su gran amigo Larry, su compañero de aventuras.

Antonio preguntó a Licy como había sobrevivido a la tormenta y ella le contó toda la historia durante todo el viaje de regreso a casa, al igual que él le había contado todo lo que había vivido desde que ellos se separaron. Al llegar a casa todos ellos fueron recibidos con una gran fiesta. Se quedaron muy sorprendidos por lo que veían, pero el ratoncito muy animado cogió a Licy de la mano y la invitó a bailar. Después comieron y se divirtieron toda la noche contando las aventuras que habían vivido y por todo lo que habían pasado.

Y colorín colorado este cuento se a acabado.

– Moraleja del cuento: no importa cuantos golpes te de la vida, siempre hay que darle una oportunidad para vivirla y disfrutarla.

– Valores del cuento: honestidad, bondad, amistad, amor.

FIN

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Valoración del cuento
  • Redacción
  • Historia
  • Enseña Valores
  • Educativo

Resumen

Cuento Infantil de un ratón que creía que su amada había desaparecido, pero la encontró. Y conoció a un niño con el que realizó grandes aventuras juntos.

3.5
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2 pensamientos en “UN RATON AVENTURERO

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