GINCEA ESTUDIA AL SER HUMANO

RELATO CORTO Nº 4 DE LA SERIE «GINCEA»

El nivel científico y tecnológico de los linava superaba con creces al alcanzado por los humanos, pero ambos procesos de desarrollo tenía muchos puntos de coincidencia. En este momento de la observación, el nivel de los humanos era similar al que alcanzaron los linava poco antes de la nueva era. Sin embargo, en algunos aspectos concretos como en el energético, los humanos aún mostraban un desarrollo incipiente.

En cuanto al nivel de desarrollo económico, político y social, los humanos estaban aún muy lejos de los avances conseguidos por los linava. Los datos resultantes de la observación indicaban a los linava que los humanos estaban en un estadio muy primitivo, caracterizado por la división en grupos sociales rivales, desconfiados, en pugna permanente por los recursos y por las ideas y lo que era peor, en luchas fundamentadas en la fuerza (llamadas guerras por los humanos) por la hegemonía de determinados aspectos económicos, políticos y sociales. Estos enfrentamientos tribales eran la consecuencia de no haber sabido distinguir entre lo individual y lo colectivo, tanto en el nivel de las ideas como en el nivel de los recursos disponibles. Una constante en la historia de los humanos.

La conclusión de los linava es que el ser humano, como individuo, no tenía conciencia plena de su independencia de otros individuos en el nivel de las ideas. Esto haría que se cobijara bajo la sociedad tribal, que no era más que el resultado del predominio de determinados individuos (los más fuertes, unas veces en el terreno de la fuerza y otras en el terreno de las ideas). Así, la sociedad tribal se generaba sobre el principio de poder de unos individuos sobre otros, a los que imponían su voluntad en el terreno de las ideas y asignaban los recursos con la amenaza de la fuerza. Esta forma de relacionarse se habría mantenido en el tiempo, dando lugar a diversas sociedades y grupos humanos caracterizados por sus creencias sobre la realidad que los rodea, creencias que el individuo ha asumido como propias y ha trasmitido a su descendencia. La historia remota de los linava no estaba exenta de conflictos, pero no tenían conocimiento de situaciones tan extremas como las que se habían dado en la historia de los humanos, por eso pensaban que todos los aconteceres humanos hundían sus raíces en esa cualidad individual tan débil como la conciencia de sí mismo.

Para la ciencia psicológica linava, esta debilidad de conciencia de sí mismo de un individuo era una patología tratable, por lo que no se consideraba grave. Solo en algunos casos no se conseguía el resultado esperado, por lo que el individuo en cuestión no podría alcanzar el estatus de madurez social, que era exigido a todos los integrantes de las sociedades linavas. El gran interrogante era cómo la evolución del ser humano no había actuado selectivamente con esta cualidad, quizás porque desde el punto de vista de la evolución, como la conocían los linavas, el ser humano estaba en una etapa muy primitiva del proceso. Sin embargo, ¿cómo habían podido desarrollarse en otros aspectos sin contar con éste? Para los linava, un individuo con una conciencia de sí mismo desarrollada se reconoce como individuo independiente de los demás, a los que respeta, comprende y con los que interacciona de forma equilibrada y negociada y de los que espera un tratamiento recíproco. Como individuo independiente le pertenece una parcela íntima que es respetada por los demás y que solo voluntariamente comparte con otros sin imponerla ni que le sea impuesta. Las creencias y otros aspectos de las expresiones linavas pertenecen a esta parcela, por lo que están dentro de las prerrogativas individuales y nunca afectan ni son afectadas por los aspectos económicos, políticos y sociales. A su vez, las formas de organización linava en estos aspectos económicos, políticos y sociales están impregnadas de los principios que mueven a los individuos que las integran, por lo que respetan esa parcela individual sobre la que nunca se legisla, salvo el establecimiento de los límites que todos los individuos deben respetar.

El ser humano era el primer ser inteligente que habían encontrado los linava, por lo que el interés del COM era extremo, deberían estudiar más a fondo al ser humano hasta llegar a comprender sus manifestaciones observadas. La teoría de que a nivel individual tenían una débil conciencia de sí mismos, debería ser contrastada con más datos procedentes de expedientes de individuos de diferentes sociedades y culturas.

La paciencia de los linava pronto comenzó a dar frutos. Los datos fueron extraídos de la captación global resultante del intercambio en las redes de comunicación humanas. Cuando habían analizado el comportamiento de varios millones de individuos humanos de diverso origen, cultura y formación, disponían del soporte suficiente para dar credibilidad a su teoría. El comportamiento del ser humano era asombroso para los linava: El individuo se forja del influjo que el grupo al que pertenece ejerce sobre él, imponiéndole la conciencia grupal e impidiendo el desarrollo de la conciencia individual. En las diferentes sociedades linava, ocurría al contrario: El individuo es el que forja al grupo al que pertenece, permitiendo la evolución de la conciencia grupal en función de la aportación de cada conciencia individual. Así, quedaba demostrada la teoría de de la débil conciencia de sí mismos de los humanos.

FIN

Relato corto escrito por Lucía Nante

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