Cuentos de Magia

LA PACIENCIA DEL PAYASO JOB

Érase una vez, un payaso llamado Job, al que le gustaba tanto actuar en el circo, que no era capaz de soportar la espera de varias horas hasta que le tocaba actuar a él.

Hasta tal punto llegó la impaciencia de Job, que empezó a actuar antes de que abrieran las puertas del circo, por lo que, cuando llevaba ya un rato actuando, se daba cuenta de que no había nadie riéndose…. y empezaba a llorar.

Esta situación se repetía todos los días que había función de circo, y Job se deprimía tanto al ver el circo vacío, que una vez que se llenaba de público ya no era capaz de salir a actuar.

Cuento el payaso del circo del sol

La trapecista María se dio cuenta de lo que le pasaba a Job, y fue a hablar con él. «Job, tienes que ser más paciente, porque te necesitamos. Si tú no sales cuando te toca, nunca seremos un circo completo, y no vendrán a vernos nunca más…»

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EL PORTAL NAVIDEÑO

Hace mucho frío, las noches están llegando más temprano y en el cafetal los grillos cantan sin parar. Allá arriba en el cielo hay una estrella que a mis ojos es gigante y en el aire se respira un olor a magia.

Esa estrella grandota, que brilla tanto, nos anuncia que se acerca navidad, mi mamá me ha contado que es la “estrella del niño”, así le dicen porque según cuentan sirvió de guía a unos reyes, unos magos llamados Melchor, Gaspar y Baltasar que siguieron su ruta para ir a adorar al Niño que nació en Belén.

– Mami, para qué está alisando esos papeles? es que va a envolver un gran regalo?

Qué guila más necia, ya no moleste más, deje de preguntar, no ve que necesito hacer el portal.

¿El Portál mami?, y ¿cómo lo vamos a construir, le alcanzo la goma? Mamá, ¿por qué hacemos un portal en la casa todos los años?.

Vea, quédese quieta y le cuento, pero ya deje de molestar con tanta preguntadera. – Todos los años hacemos un portal porque representamos el nacimiento del Niño Jesús en Belén. La virgen María y José se refugiaron en un establo para que naciera Jesús; nació muy pobrecito, no tenía nada, su mamá lo colocó en un pesebre donde se alimentaban los animales pero él, Jesús, era un niño muy hermoso y una mula y un buey ayudaron a calentarlo.

La noche que nació el Niño Jesús esa estrella grandota que a usted tanto le gusta brilló más que nunca y los pastores sabían que esa era la señal en el cielo que les anunciaba el nacimiento del redentor. Muchos pastorcitos fueron a adorarle y los Reyes magos también siguieron la luz de la estrella para llegar hasta el pesebre y allí le regalaron a Jesusito Oro, Incienso y Mirra.

Yo no entiendo eso que me dijo ma, ¿qué es un redentor?. Él era un redentor porque fue el hijo de Dios, que vino a la tierra para que fueran perdonados nuestros pecados, ay pero, eso usted todavía no lo entiende, ya cuando sea grande sabrá de qué le hablo, eso si, no se olvide de decir una oración todas las noches porque Jesús siempre la espera.

Entre tanta preguntadera mi mama iba poco a poco armando el portalito, el papel lo pegaba en la pared y le ponía goma y escarcha para que brillara. Con la ayuda de algunas piedras y cajas iba formando irregularidades que se asemejaban a las montañas, luego, en alguna parte bien visible colocaba una casita donde estaban José, María, la mula y el buey y un pesebre vacío. Con tuquitos de madera tomados del banco de carpintería de mi abuelo y con pedacitos de cartón hacía casitas, que generalmente pintaba de color rojo o verde y así formaba un pueblito. Luego colocaba lana, o musgo para hacer caminitos y muchos animalitos y, las plantas mal llamadas párasitas, que traían de la montaña porque en esa época florecen. Las ovejitas atraían mi atención, cada año se ponía una o dos más, según alcanzara la platilla para comprar los adornos.

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LA NAVIDAD DE JESUS

Jesús era un niño de cinco años, que vivía en España, y más concretamente en una ciudad llamada Barcelona.

A Jesús le gustaba mucho la Navidad, y se pasaba todo el año ansiando que llegaran las fechas señaladas de Diciembre.

Tanto ansiaba que llegaran las Navidades, que decidió hacer un curso de magia, para ver si podía adelantar el tiempo y que las Navidades llegaran antes.

Y así lo hizo, terminó su curso de magia y aprendió a controlar el tiempo, de tal manera que su habilidad consistía en adelantar el tiempo para que pasara más rápido de lo normal.

De esta forma, si Jesús estaba lo suficientemente concentrado, podía hacer que por cada minuto que pasara, se llegara automáticamente al mes siguiente.

Cuando dominó su habilidad, todas las noches del 6 de Enero se concentraba durante 11 minutos y medio, y cuando terminaba su concentración… ¡¡ya estaba en las Navidades siguientes!! De esta forma, para Jesús siempre era Navidad… ¡Qué gran idea!, ¿no?

Así pasó varios años, disfrutando de sus poderes de mago, hasta que un día, cuando estaba abriendo los regalos de Navidad, su madre le preguntó: «Jesús, cuéntame qué cosas has hecho este año de las que te sientas orgulloso..«. Y se hizo un gran silencio.

Toda la familia de Jesús estaba callada, expectante, para ver qué decía Jesús…

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LA BRUJA SINCERA

Érase una vez, una bruja que no podía parar de decir lo que pensaba. Era la bruja con más sinceridad de todos los tiempos.

Para la bruja sincera, esto sólo suponía problemas. Por ejemplo, un día cuando iba a hechizar a un monstruo malo, le dijo: «Estate quieto monstruo, que para hechizarte y encerrarte en una cueva necesito que no te muevas…»

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¡VAMOS AL CIRCO!

Todos los años viene el circo Nueva Esperanza. Todos los niños esperamos ansiosos para ver el león cuando abre su boca grandota y ruge mostrando sus enormes colmillos.

El domador es un joven alto que pone su cabeza dentro de la boca del león y se escuchan los gritos de temor de todas las mujeres y niños.

Circo en Madrid. Actividades para niños

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