Cuentos de Príncipes

Cuentos cortos con príncipes como personajes. Cuentos de príncipes que estimularan la imaginación de los niños. Te lo pasarás en grande contando cuentos de príncipes como protagonistas. Los cuentos de príncipes como protagonistas pueden ayudar a los padres y profesores a educarles en valores humanos.

Cuentos de Príncipes:

EL PRINCIPE VALIENTE Y EL CUAJAMBIRI

Érase una vez un príncipe llamado Txopi, muy apuesto, que quería llegar a ser rey de una lejana tierra de montañas y cuevas.

Su padre, desgraciadamente, había muerto, y el puesto de rey lo ocupaba ahora su tío, ya que en la familia pensaban que Txopi no estaba preparado para ser rey, porque no era suficientemente valiente.

 

Cuentos cortos - el principe valiente y cuajambiri

Esto le molestaba mucho a Txopi, y él estaba convencido de que era valiente, pero no había tenido oportunidad de demostrarlo.

Un día, Txopi se enteró de que la mayor parte de los hombres adultos de la provincia, iban a ir en busca de un monstruo que estaba atacando sus casas por las noches.

En aquella tierra de montañas existía un tipo de monstruo muy famoso y raro, llamado Cuajambiri.

El Cuajambiri tenía tres ojos, gruñía tan fuerte que se le escuchaba a kilómetros, y se le caía la baba.

Txopi siguió con sigilo a estos hombres que iban en busca del Cuajambiri, y llegó a la cueva donde se alojaba el monstruo. Txopi se escondió detrás de una piedra para que el resto de hombres no le vieran, ya que era el príncipe y en seguida le reconocerían.

Mientras el grupo de hombres discutían sobre el plan para dar caza al Cuajambiri, Txopi se adentró sin que éstos se dieran cuenta, y empezó a buscar al Cuajambiri.

Cuando lo encontró, Txopi se abalanzó sobre sus piernas para inmovilizarlo, y Sigue leyendo

2 CLASES DE JUSTICIAS

Estaba un filósofo griego dando un paseo por el bosque cuando vio a lo lejos 2 mujeres de una estatura enorme.

El filósofo se escondió tras unos matorrales pues tenía miedo. Estando allí escondido, aparecieron de pronto los 2 hijos del rey. A uno de ellos le faltaba una oreja y sangraba abundantemente. Éste se dirigió a las mujeres y les dijo:

– ¡Quiero Justicia! Este desagradecido, que es mi hermano, me acaba de cortar una oreja. Quiero que pague por lo que ha hecho.

Una de las mujeres le respondió:

– ¿Con cuál de nosotras 2 te quedas para reclamar Justicia?

– ¿Y qué diferencia hay entre vosotras 2?-, respondió el príncipe herido.

La mujer que le había hablado le contestó primero:

– Si me eliges a mi para hacer Justicia averiguaré la causa por la que tu hermano te hizo eso y lograré que se arrepienta de corazón. Para compensar su agravio te fabricará el mejor de los cascos para que cubra tu cicatriz, velará por tu vida en el campo de batalla y será tus oídos durante el resto de sus días.

– ¿Y tú qué me ofreces?-, le preguntó a la otra mujer.

– Si me eliges a mi yo castigaré a tu hermano por la grave afrenta que te ha causado. Pasará un año encerrado en una celda, te recompensar´con 1000 monedas de oro y te concederé la oportunidad si quieres de cortarle las 2 orejas.

El príncipe se tapó la grave herida que tenía en el oído. Le dolía muchísimo. Un gesto de rabia se apoderó de su rostro y optó por lo que le ofrecía la segunda mujer con la salvedad que únicamente le hizo una pequeña herida en una sola de sus orejas.

Los guardias se llevaron detenido a su hermano.

Cuando todos se fueron, el semblante de la segunda mujer se transformó y se convirtió en Ares, el Dios de la Guerra:

– ¡He engañado otra vez a los hombres! Todavía me prefieren a mi antes que a ti. No hay nada como la venganza. Me voy, he prepararme para la gran guerra que se avecinará en 1 año -, le dijo a la verdadera Justicia.

Cuando se fue el Dios de la Guerra, la Justicia se dirigió al filósofo:

– ¿Y tú con quién te habrías quedado? Con el rencor del pasado o con la esperanza y la reconciliación del futuro.

El viejo y sabio filósofo lo tuvo muy claro desde el principio.

Cuento de Pedro Pablo Sacristán

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