Cuentos de Princesas

Cuentos de Princesas para disfrutar con los más pequeños de la casa. Disfruta con tus niñas y lee cuentos de princesas para enseñarles y educarles en valores humanos. Te lo pasaras genial contando cuentos con princesas como protagonistas. Cuentos cortos con princesas como personajes. Cuentos de princesas que estimularan la imaginación de los niños. Las niñas son las que mejor se lo pasan leyendo cuentos de princesas ya que se identifican con ellas. Los cuentos con princesas como protagonistas pueden ayudar a los padres y profesores a educarles en valores humanos.

Cuentos de Princesas:

LA PRINCESA Y EL DRAGON

Había una vez una princesa muy guapa llamada Claudia, que vivía en un gran castillo, ya que su padre era el rey de Dragolandia. La joven princesa solía pasar el día jugando con sus amigas por las mazmorras del castillo. Pero un día, Claudia salió con sus amigas a pasear por la alrededores del castillo, donde había un bosque repleto de árboles.

Claudia era la más guapa de todas sus amigas, su largo pelo rubio y sus grandes ojos verdes, hacían que no pasara desapercibida por allá donde iba.

 

Cuentos infantiles - la princesa y el dragon

Cuando se encontraban paseando por el bosque, las niñas notaron que algo se movía entre las ramas de los árboles, pero no conseguían ver qué era…

De repente, un enorme dragón salió volando de entre los arbustos y cogió a Claudia con sus garras. Poco a poco, el dragón se fue adentrando en el bosque.

El resto de niñas, asustadas, salieron corriendo hacia el castillo para contarle al rey lo que había ocurrido.

El rey de Dragolandia se asustó tanto al recibir la noticia de que su hija había sido secuestrada por un dragón, que mandó un ejercito de mil hombres al bosque para buscarla. Mientras tanto, el dragón ya había llegado a su guarida con la princesa.

La joven princesa estaba tan asustada que no podía parar de observar cada uno de los movimientos del dragón, pues temía que la hiciera daño. De repente, el dragón se agachó y dijo: «Princesa, no tengas miedo, no te haré daño, sólo quiero que seas mi novia«.

Cuando Claudia escuchó al dragón, se quedó muy sorprendida, pues nunca hubiese imaginado que le pudiera gustar a un dragón. Transcurridos unos minutos, la princesa le respondió: «Pero dragón, yo no quiero ser tu novia, yo quiero ser la novia del príncipe Guillermo. Además, tú eres un dragón y yo soy una niña, tienes que buscar a una dragona que te quiera«.

El dragón, tras escuchar a la joven princesa Claudia, reflexionó durante unos minutos, y dijo: Sigue leyendo

LA PRINCESA SINCERA

Érase una vez una princesa, llamada Tani, que vivía en un castillo muy muy grande.

Los padres de la princesa, es decir, los reyes, querían que se casara con un apuesto caballero, llamado Norman, que les visitaba mucho por un tema de tierras que tenían entre manos, por lo que Tani y Norman se veían mucho.

Sin embargo, ella no le quería, y aunque se llevaba bien con Norman, no le gustaba mucho, ya que Norman era muy fanfarrón.

Un día, la princesa Tani, estaba hablando con Norman de la reestructuración que los reyes iban a hacer en el castillo, y de repente, Norman cambió de tema, y le dijo a Tani: «Tani, me gustas mucho, me gustaría pasar el resto de mi vida contigo..»

La princesa se quedó asustada, pero en vez de decirle un «NO» rotundo, le dijo: «Norman, eres un caballero muy apuesto, pero me gusta ser sincera con todo el mundo, y te voy a decir las cosas que no me gustan de tí: Eres un fanfarrón, ya que te gusta alardear de la ropa que llevas, cuando realmente la ropa no es nada importante en una persona, además escupes en la calle como si no pasara nada y a mí eso me da mucho asco, y por último, no voy a casarme contigo porque mis padres lo digan, yo me casaré con el hombre al que quiera realmente.»

Norman reflexionó mucho sobre lo que había dicho la princesa, y al principio se sintió mal por cómo le veía ella a él, pero luego se alegró de que se lo hubiera dicho, porque las cosas que le había dicho las podía cambiar, no era su personalidad lo que le molestaba, sino los modos en que se comportaba.

Y así, Norman empezó a ensayar el no fanfarronear con la ropa que llevaba, y empezó a sentirse bien vistiendo más humilde. También aprendió a evitar el escupir en la calle para no parecer tosco y desagradable, y también se sintió mejor con esto. Y finalmente, fue a hablar con los reyes, para pedirles que no le hablaran a la princesa Tani de él, y así ella no se sentiría presionada.

Tani y Norman seguían compartiendo momentos juntos, y Tani empezó a darse cuenta Sigue leyendo

LA PRINCESA Y SU CABALLO VELOZ

En un lugar muy lejano, se encontraba una dulce princesa llamada Sofía. La princesa vivía en la torre de un gran castillo junto a su padre, el rey Arturo y su madre, la reina Victoria.

A la joven princesa, le encantaba salir a dar paseos con Veloz, su caballo, solían ir a pasear por el bosque, pero lo que más le gustaba a la princesa, era cabalgar por las laderas de los prados del castillo, todo lo rápido que Veloz podía.

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