Cuentos de Optimismo

Cuentos infantiles con el optimismo como principal valor humano. Fomentan el optimismo y el positivismo de los niños. Cuentos de optimismo infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de optimismo a los niños. Cuentos de optimismo que estimularán el lado más positivo de los niños.

Cuentos de Optimismo:

EL HOTEL ENCANTADO DEL BOSQUE

Había una vez, un hotel donde solían ir muchos turistas, pero no era un hotel normal, o al memos, eso decían algunas de las personas que ya se habían alojado en ese hotel.

Matías era un niño que había ido con sus padres a pasar unos días al hotel, pues iban a visitar el parque nacional de Ordesa, ya que era uno de los parques más bonitos de todo el mundo.

 

Cuentos cortos - El hotel encantado del bosque

Cuando la familia de Matías llegó al hotel, y vieron que era un antiguo monasterio de piedra, totalmente reformado en un hotel, se quedaron muy sorprendidos y  maravillados, por lo grande que era.

Matías tenía una habitación para él solo, así que estaba muy contento , pues pensaba que podría dormir hasta muy tarde, sin que nadie lo molestara.

Sin embargo, cuando Matías se encontraba durmiendo plácidamente, un ruido a media noche lo despertó. Tal fue el susto que se llevó el niño, que no pudo evitar chillar.

Se levantó de un salto de la cama y encendió la luz para ver qué había sido ese ruido, pero no había nada en aquella habitación del hotel, sin embargo, cuando Matías estaba a punto de volver a la cama, se encontró en el suelo, al lado de la chimenea, un trozo de tela vieja. Lo cogió para observarlo más detenidamente, y empezó a buscar por toda la habitación intentando encontrar alguna pista más.

Pasado un tiempo, y no habiendo encontrado nada, Matías se volvió a meter en la cama para seguir durmiendo. Durante unos minutos, Matías estuvo con los ojos abiertos intentado dormirse, pero no podía. Tenía los ojos abiertos como platos, y se había tapado con las sábanas hasta la cabeza, del miedo que tenía, pues no paraban de sonar pequeños crujidos.

Cuando estaba apunto de dormirse, volvió a sonar otro ruido como el anterior, y sin perder un momento, Matías encendió la luz para ver de donde provenía. Entonces, vio como alguien vestido con un camisón de la misma tela que se había encontrado antes, se había metido en la chimenea. Así que salió corriendo, de su habitación del hotel y fue a la habitación de sus padres, y de un salto se metió en la cama de sus padres. Sigue leyendo

EL NIÑO Y LOS ALMENDROS

Érase una vez un niño llamado Chikipú que vivía en un pueblo de Madrid, en España. Chikipú era un niño muy observador y le gustaba mucho la naturaleza.

Le encantaban las flores, y se había dado cuenta que la única época de flores, en los almendros, era la primavera.

Cuentos-infantiles-el-nino-y-los-almendros

 

Todos los días de primavera, le gustaba observar las flores, por los colores tan bonitos que presentaban en esta época del año.

Sin embargo, este niño se ponía muy triste cuando la primavera pasaba, y ya no se podían ver las flores de los almendros.

Un día, su abuelo, que era muy sabio, le dijo, «debes mirar la parte positiva de todas las cosas«, y le contó lo siguiente:

«En verano los almendros no tienen flor, pero puedes acercarte a ellos para que te den sombra.

En otoño Sigue leyendo

FLORIN, EL PAYASO BOMBERO

Había una vez, un payaso llamado Florín que siempre solía sacar al escenario, algún niño del público en sus actuaciones.

Como todos los días, justo antes de empezar la función, Florín el payaso, se puso sus zapatos rojos dos veces más grandes que su pie y se colocó la nariz roja.

La música del circo empezó a sonar y el desfile de payasos comenzó. Salían sin parar un montón de payasos de un camión de bomberos, uno, dos, tres, así hasta quince payasetes!! Todos iban disfrazados de bomberos y cuando ya se encontraban todos en el escenario, Florín mandó apagar las luces y ordenó que sólo quedara un foco de luz, que sería el encargado de elegir al niño que saliera hoy con los payasos. Un redoble de tambores que estaba sonando, se detuvo y el foco de luz ya había escogido al niño.

 

Cuentos cortos - Florin el bombero payaso

Carlitos, que así se llamaba el niño afortunado, salió al escenario junto a los payasos. Entonces, Florín le pregunto al niño: «¿Estás preparado para empezar la misión?«, a lo que Carlitos respondió: «claro que sí!!«.

Justo en ese momento, Florín cogió una nariz de gomaespuma roja y se la puso en la nariz a Carlitos. Cuál fue la sorpresa de éste, cuando todo el público empezó a reírse de lo gracioso que estaba con aquella nariz.

Pero de repente, los ojos del niño empezaron a ponerse brillantes, pues sentía que se estaban riendo de él, así que empezó a llorar y sin pensarlo más, se quitó la nariz que le había puesto Florín el payaso, y salió corriendo del circo.

Todo el mundo se quedó expectante por lo sucedido, los payasetes siguieron con el espectáculo, mientras que Florín fue en busca de Carlitos que se encontraba en la parte de atrás de la carpa del circo.

«Carlitos, ¿pero por qué lloras?» le preguntó Florín, el payaso.

«Pues Sigue leyendo

LA PRINCESA Y SU CABALLO VELOZ

En un lugar muy lejano, se encontraba una dulce princesa llamada Sofía. La princesa vivía en la torre de un gran castillo junto a su padre, el rey Arturo y su madre, la reina Victoria.

A la joven princesa, le encantaba salir a dar paseos con Veloz, su caballo, solían ir a pasear por el bosque, pero lo que más le gustaba a la princesa, era cabalgar por las laderas de los prados del castillo, todo lo rápido que Veloz podía.

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LA HORMIGA Y EL GRANO

Érase una vez una hormiga llamada Junca, muy trabajadora, que vivía en el hormiguero con el resto de su familia, unas 50.000 hormigas.

Las hormigas cargaban el grano para el invierno en un almacén, y así cuando llegara el frío podrían disponer de alimentos para todas. Pero este año, el grano era de muy pequeño tamaño y era difícil de transportar. Se llegó a una situación de pesimismo en la que, hasta las hormigas más sabias, desconfiaban de que pudieran sobrevivir al invierno.

Mientras tanto, Junca quería cargar más grano, para ayudar aún más a su familia, y comprendió que transmitiendo su optimismo al resto de hormigas, lo conseguirían. Sigue leyendo