Cuentos de Esfuerzo

Cuentos infantiles con el esfuerzo como principal valor humano. Cuentos que ayudan a ver a los niños la importancia de esforzarse. Cuentos de esfuerzo infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de esfuerzo a los niños. Cuentos de esfuerzo que estimularán el lado menos débil de los niños.

Cuentos de Esfuerzo:

EL CONEJITO JIMMY

Serra es un pequeño pueblo de la provincia de Valencia, en España. Está situado en un precioso valle, rodeado de montañas y bosques frondosos. Sus gentes son humildes y laboriosas y en él se percibe la belleza de las cosas sencillas y bien hechas.

Muy cerca del pueblo, en la cima de una colina desde donde se divisa un paisaje maravilloso, hay una casa de campo llamada “la Alquería de Sant Vicent”. Esta casa está habitada, sobre todo en época de vacaciones y fines de semana, por una familia de Valencia.

Allí acuden para descansar los abuelos, hijos, sobrinos y nietos. A menudo se juntan los ocho primitos que van a ser los protagonistas de esta fantástica historia.

Un día, como era su costumbre, Quico, Pedro, Javi, Montse, Almudena, Macarena, Toni y Pablo, salieron a la montaña a pasear y disfrutar de la naturaleza.

En uno de estos paseos encontraron un conejito blanco, precioso, que se había perdido y no podía encontrar a su mamá. Como lo vieron tan triste le dieron de comer. Sacaron de sus pequeñas mochilas un poco de pan, queso y una manzana y se la dieron. Jimmy se puso muy contento y les dijo que le llevaran con ellos. ¡Sí, sí! No te extrañes, Jimmy podía hablar.

Los niños le dijeron que eso no era posible porque en la casa había un perro, Rufo, que a lo mejor podría hacerle daño. De todas maneras se comprometieron a buscarle cada día en el mismo sitio. Se despidieron de Jimmy y regresaron a casa.

Al llegar, les contaron a sus padres y a su abuelito lo que les había pasado. Estos no les creyeron porque, decían, ¡cómo puede ser que un conejo hable! Ellos no sabían que nada hay imposible para la imaginación de un niño.

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LA TORTILLA MAESTRA

Érase una vez, una tortilla de patatas que era profesora en un colegio muy especial. Y es que, en ese colegio especial, los alumnos de la tortilla maestra eran niños patatas y niños huevos.

La tortilla maestra se llamaba Cocidota, pero los niños la llamaban: «Profe tortilla, profe tortilla!«.

Un día, en clase de ciencias, Cocidota les explicó a los niños el significado de la palabra «freír». Y tras la explicación, todos los niños y niñas patata, y los niños y niñas huevo, se quedaron callados y asustados…

La profesora se empezó a reír, y les dijo: «Tranquilos niños y niñas, las únicas patatas y los únicos huevos que se fríen son los que no vienen a la escuela. Vosotros, mientras estudiéis y vengáis a la escuela, no seréis fritos nunca«. Sigue leyendo

EL LAPIZ MAGICO DE LUIS

Había una vez un niño de 7 años llamado Luis que un día paseando por el parque del colegio, se encontró medio enterrado, un objeto que a simple vista no sabia muy bien lo que era…

Luis se ayudó de un pequeño palo que había en el suelo para excavar y sacar aquel objeto enterrado. Después de unos minutos, Luis consiguió sacarlo y fue entonces cuando vio que sólo era un lápiz viejo.

Cuentos infantiles - Luis y el lapiz magico Sigue leyendo

LOS TRES CERDITOS

Cuento Infantil para niños y niñas

Érase una vez tres cerditos que iban a construirse una casa para así estar a salvo de las garras del lobo, quién últimamente acechaba los alrededores de aquel lugar, y derribaba casas para comerse a los cerditos que habitaban dentro de ellas.

Los tres cerditos pensaban de forma distinta, así que cada uno se hizo su casa de la forma que pensaba que era la mejor. Tocinete, que era el pequeño de los tres cerditos, decidió hacerse la casa con paja para así terminar antes, e irse a jugar con el resto de cerditos.

Jamoncín, el mediano de los tres hermanos cerditos, se hizo la casa con madera, pues no le llevaría mucho tiempo, y podría ir a jugar pronto.Cuentos clasicos - Los tres cerditos y el lobo
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LA SOMBRILLA DE COLORES DE LA PLAYA

Como todos los veranos, Carlitos, junto a su hermana y sus padres, iban a la casa de la playa a pasar todo el verano, hasta que Carlitos y Laura comenzaran en septiembre de nuevo el colegio.

La familia solía ir todos los días a la playa así que solían levantarse muy temprano para ponerse en primera fila y no tener ninguna sombrilla delante de ellos.

Sin embargo, ningún día conseguían llegar los primeros,  ya que Carlitos era muy dormilón, y aunque tenía un despertador que al sonar despertaba a su vecino, no era suficiente para que se levantara de la cama.

 

Cuentos infantiles - La sombrilla de la playa

Su madre, cuando veía que Carlitos no se había levantado siempre subía a su cuarto para llamarle y decirle que sino se levantaba se irían a la playa sin él, entonces como un rayo de rápido, se levantaba de la cama…

A Carlitos le gustaba jugar con su hermana en la orilla de la playa, le encanta hacer castillos de arena, sin embargo, sus padres no le dejaban ir porque su sombrilla estaba de las últimas y desde ahí no podían verlos.

Carlitos se enfadó mucho con sus padres y estuvo durante toda la mañana sentado bajo la sombrilla mirando hacia el mar sin mediar palabra.

Mientras que estaba sentado, Carlitos estaba pensando en el hombre que tenía una sombrilla de colores y que estaba en la primera línea de sombrillas. Y se decía a él mismo,»ya podía ser mi sombrilla la que estuviera allí en lugar de la sombrilla de colores de aquel hombre«.

De repente, una fuerte racha de viento provoco que la sombrilla de colores de aquel hombre saliera volando por toda la playa. Así que, Carlitos se levanto y corrió a poner su toalla en primera línea para Sigue leyendo