Cuento Corto para niños/as, creado por: Mapy Martínez
La calle Almanzor amaneció solitaria. Todavía era muy temprano para el ajetreo diario, en cambio en el nº9 hacía rato que para Landro, un precioso labrador, el día había comenzado. Todas las mañanas realizaba una serie de ejercicios, brincaba con soltura la valla del vecino de enfrente, saltaba con destreza todos los setos de la vecindad y se arrastraba tan pegado al suelo como si de su misma sombra se tratase. Pues pensaba, que un perro, siempre tenía que estar ágil y preparado para poder enfrentarse a cualquier situación.