Cuentos de Amistad

Cuentos infantiles con la amistad como principal valor humano. Cuentos que fomentan la amistad en los niños. Cuentos de amistad infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de amistad a los niños. Cuentos de amistad que estimularán los amigos en los niños.

Cuentos de Amistad:

EL ABUELO SONRIENTE

Había una vez, un hombre muy mayor, que vivía en una pequeña aldea de un pueblo de España. La verdad es que era un hombre muy peculiar, pues vestía con ropas anchas y algo descoloridas, pero cada vez que se encontraba con algún vecino de la aldea, su serio rostro se transformaba en una cara sonriente y amigable.

Hernán que así se llamaba aquel hombre, era el abuelo de una enérgica niña llamada Jone. Hernán era el encargado de cuidar de su nieta mientras sus padres se encontraban trabajando las tierras del campo.

La verdad, es que Hernán no tenía muchos amigos, de hecho no tenía ninguno, pues tenía fama de ser un gruñón y cascarrabias, lo que provocaba que nadie quisiera estar cerca de él…

Su nieta Jone estaba muy triste, pues su abuelo, a pesar de ser un poco gruñón, era muy buena persona y ella lo quería muchísimo. Así que un día decidió subir a una ladera, en la cual se encontraba el árbol de los sueños, para pedirle un deseo…

«Por favor, árbol de los sueños, me gustaría que me abuelo fuera más amable y simpático con el resto de personas, así podrían saber que es un abuelo bueno y le querrán más«, dijo Jone al árbol de los sueños.

Al día siguiente, el abuelo Hernán estaba preparando el desayuno para cuando se levantara su nieta. Cuando Jone entró a la cocina vio a su abuelo como siempre… el árbol de los sueños, no le había cumplido su deseo.

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EL DRAGON DE LA MAZMORRA

Érase una vez, un dragón que estaba encerrado en una mazmorra de un castillo muy muy lejano.

En el castillo vivían los reyes con su hijo pequeño, llamado Arturo. Arturo era un niño muy curioso, con lo que a sus cuatro años de edad, ya había descubierto la mazmorra del dragón, sin embargo, no le había dicho nada a sus padres.

Todas las semanas bajaba a ver al dragón e intentaba hablar con él, aunque sin éxito alguno, ya que el dragón no hablaba su idioma. Aún así, Arturo le contaba las historias que le sucedían en el castillo y así tenía un amigo con quien compartir sus aventuras.

Poco a poco, el dragón iba captando lo que le iba diciendo Arturo, y aunque no entendiera todas las palabras, sí que se daba cuenta de lo más importante de las historias que le contaba.

Cuentos infantiles - El dragon mazmorra

El dragón se moría de ganas de poder hablar con Arturo, así que empezó a intentar pronunciar palabras en el mismo idioma que Arturo. Poco a poco, iba aprendiendo a pronunciar algunas palabras, hasta que llegó el día en que pudo hablar con total normalidad con Arturo.

Así, llegaron a ser grandes amigos y se contaban muchas cosas, pero había una pregunta que el dragón nunca le contestaba a Arturo, y era esta: «¿Por qué estás en esta mazmorra?»

Arturo no estaba dispuesto a no recibir respuesta, por lo que se le ocurrió contar toda la historia a sus padres para ver si ellos sabían algo… Pero cuando los padres se enteraron de que Arturo había estado yendo a las mazmorras a ver al dragón, le castigaron y le dijeron que el dragón era muy peligroso y que no debía acercarse.

Arturo tuvo aquí la contestación a su pregunta: sus padres eran los que le habían encerrado, porque pensaban que era un dragón malo.

Arturo no estaba dispuesto a admitir que el dragón era malo, así que bajó a las mazmorras y decidió liberar al dragón que sus padres tenían capturado. Sigue leyendo

EL CABALLO Y LAS SETAS

Érase una vez, un caballo cuyo nombre era Seti. Sus padres le pusieron ese nombre cuando descubrieron que su hijo tenía todo el cuerpo lleno de setas. Las setas le crecían por todo el cuerpo, como si de un monte húmedo se tratara.

Seti pasó los primeros años de niño sin preocuparse por las setas, ya que para él era algo normal desde que nació. Pero una vez pasada la infancia, cuando Seti empezó a ir al colegio, el resto de caballos se reían de él, y Seti se sentía muy sólo.

Hasta que un día, se le acercó otro caballo llamado Janco, que le dijo: «Hola Seti, ¿quieres ser mi amigo?» Seti le dijo: «Claro!» Y empezaron a hablar de todo un poco… Janco le preguntó que por qué tenía setas por todo el cuerpo, y Seti le contó su historia, desde que era pequeño.

Cuentos infantiles - El caballo y las setas

Janco le dijo: «Pues a mí me encantan las setas!, ¿Puedo cogerte una?«. «Sí, claro. Si te gustan, sírvete, total, van a seguir creciendo otra vez».

A Janco se le iluminó la cara al oír esto que dijo Seti… y le dijo a Seti: «Pero eso es buenísimo, al reproducirse solas, puedes comer setas siempre que quieras!! Además, están riquísimas.»

A Seti, lo que le estaba diciendo Janco le estaba llenando de optimismo, porque por fin encontraba una utilidad a sus setas del cuerpo.

Entonces él también las probó, y pudo comprobar que sus setas estaban riquísimas. Después de eso, empezó a buscarle ventajas a las setas de su cuerpo, y a verlo desde un punto de vista positivo.

Y encontró otro motivo por el que alegrarse de ser el único caballo con setas, y era que Sigue leyendo

OLMI Y EL OTOÑO

Todo los años para la misma fecha, en Octubre,  cuando llegaba el Otoño, Olmi el árbol, se ponía muy triste y dejaba de sonreír.

Olmi era un árbol de hoja caduca muy joven, al que le encantaba divertirse gastando bromas al resto de árboles del parque donde él vivía.

Pero de repente, justo cuando llegaba el Otoño, dejaba de hablar, y de gastar bromas, se ponía tan triste cuando veía que se le caían todas sus hojas al suelo que parecía otra persona.

Un día, un amigo de Olmi, planeó hacerle una fiesta sorpresa para que se animara y volviera a ser el mismo de antes. Lo tenía todo preparado, ya estaba todo a punto.

Cuentos infantiles - Olmi y el otono

Olmi estaba a punto de irse a dormir, «Buenas noches a todos, que descanséis«, les dijo al resto de Olmos del parque.

Pero de repente, empezó a escuchar la música de su amigo El árbol Play, hecha con el ruido de sus ramas y con la boca.

La cara de Olmi era de asombro, ya que era la hora de irse a dormir… y no entendía que Play se pusiera a cantar. Y justo en ese momento, el resto de árboles empezó a tirar serpentinas y globos de colores. Le pusieron un gorro de fiesta a Olmi y le dijeron:

«Amigo, hoy es el día de tu fiesta de Otoño. Vamos a divertirnos«, le dijo su amigo, el árbol Play.

«Pero no tengo ganas de fiestas, sólo quiero irme a dormir», dijo Olmi.

«Mira Olmi, tienes que fijarte en nosotros, y aprender que el Otoño no es triste. Nosotros los Olmos perdemos todas nuestras hojas en esta estación del año, pero para la primavera nos vuelven a crecer. ¡Así que venga anímate!»

Uno de los Olmos más viejos del parque, Sigue leyendo

DRAGO Y SU AMIGO MOQUETE

Érase una vez, un dragón, que fíjate que casualidad que tenía por nombre Drago, y que siempre estaba constipado. Todos los días, cuando se despertaba, se le caía el moquillo y tenía que ir corriendo al cuarto de baño a limpiarse.

Un día por la mañana, el baño estaba ocupado, y Drago esperó y esperó fuera del baño hasta que saliera su padre, pero su padre no salía del cuarto de baño…

Así que el moquete de Drago, se fue haciendo cada vez más grande, hasta que llegó un momento en que tomó vida propia y le dijo a Drago: «Gracias por crearme Drago, te debo la vida!!»

A partir de entonces, Drago le buscó un sitio en su cuarto a su nuevo amigo Moquete, y vivieron juntos hasta que Drago cumplió 18 años y se fue a estudiar fuera de casa.

Cuentos-cortos-el-cumpleanos-del-dragon

 

Moquete se quedó solo en la habitación, viviendo en la casa de los padres de su viejo amigo, y echaba mucho de menos a DragoSigue leyendo