SAMI, EL MONSTRUO ENAMORADO

Cómo iba a pensar Sami, el malvado monstruo del bosque de Lord, que algún día, su furia y agresividad pudieran desaparecer… Pero sí, ocurrió.

Un día, cuando Sami se encontraba a punto de llevar a cabo un malvado plan, que llevaba tiempo pensando hacer, y que era asustar a todos los niños del pequeño pueblo llamado Vill, situado en la colina más alta del bosque de Lord, alguien le interrumpió…

«¿Pero dónde crees que vas monstruo?, no puedes sobrepasar el río… ese es el acuerdo que hicimos los monstruos con los aldeanos de Vill«, le dijo una monstrua muy enfadada. Tan enfadada estaba que empezaban a salir pequeñas llamas de fuego por su boca.

«¿Y tú quién eres? A mí ese acuerdo me da igual, haré lo que quiera… Jajaja«, se burlaba Sami el monstruo, sintiendo algo raro en su estómago.

Cuentos infantiles - el monstruo del lago Ness

«¡¿Ah sí?, pues tendrás que pasar por encima de mí!», dijo Victoria la monstrua, muy pero que muy enfadada.

«Pues pasaré por encima de tí, pero nadie impedirá que mis planes de asustar a los niños se lleven acabo«, dijo Sami.

Pero justo en ese momento, cuando el monstruo estaba decidido a quitarse de un plumazo, con sus puños de piedra a aquella monstrua, algo en su interior hizo que su cuerpo y brazos quedasen paralizados.

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LA BRUJA SINCERA

Érase una vez, una bruja que no podía parar de decir lo que pensaba. Era la bruja con más sinceridad de todos los tiempos.

Para la bruja sincera, esto sólo suponía problemas. Por ejemplo, un día cuando iba a hechizar a un monstruo malo, le dijo: «Estate quieto monstruo, que para hechizarte y encerrarte en una cueva necesito que no te muevas…»

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TRABALENGUAS DE NAVIDAD

Hoy os dejamos una serie de cuatro trabalenguas de navidad para niños, para ver si sois capaces de leerlos sin que se os trabe la lengua :). Los podéis compartir con los niños más pequeños de la casa, o con algunos más creciditos..

Se trata de trabalenguas navideños muy divertidos, para repetirlos hablando muy rápido. Este tipo de trabalenguas para niños están pensados para desarrollar tu concentración y vocalización. Aquí tienes cuatro trabalenguas de navidad para que practiques.


Melchor castañas comió,

Melchor castañas cenó,

y de tanto comer castañas se encastañó.

 

Cuando yo como,

tú comes como Herodes,

muy mal y yo como Baltasar.

En la carroza de los Reyes caben todos menos tú.

Lo dice el niño Jesús.

 

Turrones comí,

turrones cené,

y de tanto comer turrones,

me enturroneceré.

 

Tres Reyes Magos me traen regalos todos los años,

mientras tragué tres riquísimos helados.

 

Esperamos que os hayan gustado estos trabalenguas de navidad.

En la sección de trabalenguas cortos para niños, iremos publicando más trabalenguas infantiles para que podáis compartir un buen rato con los más pequeños de la casa.

Os recordamos que tenéis el formulario de contacto para que nos mandéis vuestros cuentos infantiles, trabalenguas infantiles, adivinanzas infantiles…

EL PIRATA BARBANEGRA

Había una vez, un barco pirata llamado «la selva negra«. Se llamaba así porque cualquiera que entrara en él, nunca jamás lograba salir.

La selva negra surcaba los mares con un solo pirata a bordo: su capitán, el pirata barbanegra.

Barbanegra era conocido por todo el mundo, y su fama de raptar y asesinar gente se había extendido hasta los 5 continentes.

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ADELA SOLO QUIERE SER FELIZ

Cuento Infantil para niños y niñas

Adela era una nube pequeñita y solitaria. No tenía amigos y hacía tiempo que no era capaz de absorber agua y tampoco de descargar la poca que le quedaba. Las otras nubes no la querían a su lado porque no les ayudaba en sus tareas. Cada vez que Adela intentaba acercarse a ellas, solo conseguía cabrearlas y ocasionar alguna que otra tormenta. Vicente, el viento, se negaba a desplazarla de un lado a otro porque no quería desperdiciar sus fuerzas con una nube tan esmirriada. A Julio, el sol, le irritaba que siempre estuviera en el cielo sin moverse de un mismo lugar, provocando una pequeña y molesta sombra sobre las montañas calvas.

Adela no sabía lo que le pasaba y, como nadie le hacía caso, no tenía a quien preguntar. Había intentado hablar con sus compañeras, las otras nubes, pero cada vez que Adela se les acercaba, la empujaban y la mandaban lo más lejos posible.cuentos-infantiles-cortos-vive-como-constanza-nina

Una noche, Adela decidió ir a hablar con la Luna, ya que todos la consideraban la más sabía del firmamento. Tras contarle lo que le pasaba, la Luna le dijo: Sigue leyendo