CADA UNO EN SU SITIO

En el reino del más allá vivían muchos animales, grandes y pequeños: peros, lobos, zorros, jilgueros, peces, monos, chimpancés, abejas, avispas, caracoles, tortugas, colibríes, pájaros carpinteros,….

Pero a diferencia de otros reinos donde los animales vivían pacíficamente y se ayudaban unos a otros, en este reino ninguno estaba conforme con lo que era, el gato no quería aullar y se esforzaba día y noche en aprender, sin éxito, el ladrillo del perro, los peces querían volar y los pájaros nadar, los chimpancés no querían tener fuerza y querían ser como las hormiguitas, y así sucesivamente…todos se iban contagiando porque creían que los demás hacían cosas más importantes de las que ellos sabían hacer, y creían que así serían más respetados y queridos por el resto de los animales.

Pero no se daban cuenta que este esfuerzo que en vano hacían todos los días por aparentar otra cosa de lo que en realidad eran, les hacía perder la alegría y lo que es más importante, les hacía olvidarse de que el don que ellos poseían les había sido dado para el servicio a los demás, de tal forma que si no lo entregaban, el resto no se beneficiaría de él, ni cada uno del don de los demás.

Y con este panorama día a día, cada vez era más difícil vivir en ese reino del más allá. Todos tristes, ya no tenían nada para comer, porque ninguno se ocupaba de ello, ya no jugaban, ni reían, ni soñaban…. La vida se les estaba empezando a hacer muy difícil, tanto que ningún animal que se asomaba por allí quería quedarse a vivir con ellos. Sigue leyendo

FANTASMON, EL REY DE LOS FANTASMAS

En el reino de los fantasmas, no había nadie mejor que su rey, el rey Fantasmón.

Todos los fantasmas del reino creían en él como si no hubiera nada más en el mundo. Para todos, era el fantasma más sabio, guapo y bueno.

Todos los días, el rey Fantasmón era ayudado a hacer sus tareas por fantasmas voluntarios, que se iban turnando día tras día.

Todos formaban parte de su corte real, y cuando no le ayudaban unos, lo hacían otros, para que Fantasmón nunca tuviera que hacer nada sólo.

Cuentos de terror - El fantasma del colegio

Un día, todos los fantasmas decidieron, que Fantasmón les enseñara cómo hacía él para asustar a sus víctimas por las noches.

Fantasmón no sabia hacer nada si no le ayudaban, así que para no defraudar al resto, dijo que no podía enseñarles porque estaba muy cansado.

Otro día, le pidieron que les enseñara a vestirse con esas sabanas y esas cadenas que le quedaban tan bien… pero Sigue leyendo

LAS GAFAS DEL KOALA

Había una vez un koala llamado Chiquipurri, que vivía en un bosque de Australia.

Chiquipurri llevaba gafas, porque de lejos no veía muy bien.

Cuando se despertaba cada día, lo primero que hacía era ponerse sus gafas. Y a partir de entonces, las llevaba durante todo el día, hasta que se acostaba en su árbol favorito.

Un día, Chiquipurri se levantó por la mañana, y no encontró sus queridas gafas, a pesar de haberlas buscado muy bien por todo el árbol donde dormía.

Chiquipurri, enfadado, empezó a echar las culpas de la desaparición de sus gafas a todos los koalas de su alrededor. Sigue leyendo

JUGANDO EN EL BOSQUE

Hoy el bosque está de lo más animado. Los conejos salen de sus madrigueras para saludar al nuevo día, los topos tímidamente van dejando su letargo y se disponen para empezar la jornada.

Hace rato que los cervatillos brincan por encima de los pequeños matorrales, tan libres como el viento que acaricia sus lomos.

Cuentos infantiles - La Ardilla y el fuego del bosque

Y poco a poco el bosque se va llenando de sus habitantes: gorriones, liebres, ardillas, caracoles, pájaros carpinteros, tejones, van apareciendo poco a poco y llenado de luz, música y color allá por donde aparecen. Sigue leyendo

LA AGUJA DE PAPEL

Cuento corto escrito por: María de las Mercedes Semhan

Ella se doblaba cada vez que la querían enhebrar, se resistía a que la atravesara el hilo. Pero un día lo vio y con sólo mirarlo se enamoró, era un hilo especial, sus colores, textura, extensión y grosor, todo era particularmente encantador.

Es el hilo más lindo que he visto, ella exclamó. Le susurró a su familia de blandas agujas y los invitó a que conocieran a su querido Sr. Hilo.

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Ellos, lo observaron, opinaron sobre él, es atractivo pero muy extraño, no te parece que debes saber más de él antes que permitas que saque provecho de ti.

Es la primera vez que no deseo tomar mis recaudos, y no siento necesidad de evitar que se introduzca en mi ojal. Es muy misterioso porque no sé de dónde viene, ni quién es, ni qué desea coser, sólo sé que debo ayudarlo y me sentiré bien.

Y entonces ocurrió, el hilo se unió a la aguja de papel y le dijo:

– No te preocupes, no temas, no tendrás que coser, juntos formaremos un hermoso adorno para el árbol de Navidad de este Año. Yo soy dorado, solitario y viejo, gracias por confiar en mí, y descubrir que tenía algo hermoso para dar.

Y así la aguja de papel y el hilo dorado de bordar, se unieron en el Amor y crearon la bellísima estrella navideña.

FIN

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