EL SUEÑO DE ELENA

Elena y Diego eran dos hermanos que vivían en una casita en lo alto del bosque.

Vivían allí porque su padre Juan se dedicaba a cuidar del bosque, plantaba árboles, cogía la resina que salía de ellos, limpiaba las ramas del suelo y las usaba para calentarse en el invierno, daba de comer a los animales… y muchas cosas más.

Juan disfrutaba mucho viviendo en el bosque y contribuyendo con su trabajo a que este planeta nuestro, el planeta Tierra, fuera un lugar cada vez más habitable y más limpio para todos sus habitantes, y también para las generaciones futuras.

Pero Diego y sobre todo Elena, no estaban tan contentos de vivir en el bosque tan lejos de sus amigos, de las tiendas donde poder comprarse chuches, y de todas las atracciones que hay en la ciudad.

Cuentos infantiles - El hada madrina

 

Un caluroso día de verano, Elena se durmió después de comer y empezó a soñar. Un hada apareció junto a ella y le dijo:

Hola Elena, yo soy tu hada madrina y te puedo conceder un deseo si tú quieres.

La cara de Elena de pronto se llenó de alegría y sin pensárselo dos veces le contó cuál era su sueño, quería vivir en la ciudad, como tantos otros niños para poder ir al circo, al teatro, y poder comprarse muchas chuches, casi todos los días.

El hada madrina la escuchaba con mucha atención, y después de reflexionar un tiempo, que a Elena le pareció eterno, le dijo: Sigue leyendo

JUAN SIN MIEDO

Juan era el menor de 2 hermanos, que vivían en una casita pequeña en un pueblo español, junto a su padre.

El hermano de Juan era un chico inteligente al que todo el mundo admiraba, incluido su padre. Sin embargo, de Juan pensaban que era un chico tonto que no se enteraba de nada.

Un día, el padre de Juan le dijo: «Juan, no mires a tu hermano que tiene sangre en la mano y puede darte miedo..»

Cuentos infantiles - dos niños hermanos

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RISUEÑO, EL LOBO VIVIDOR

Cuento corto escrito por: Maribel Avilés

Había una vez, hace mucho tiempo, una manada de lobos.

El más chiquito se llamaba Risueño y era el más travieso de todos, nunca podía estarse quieto, ni cuando tenía hambre…

Risueño siempre buscaba la manera de ganar a la hora de comer a sus demás hermanitos y llegó el momento que él era el que más comía.

Su mamá siempre lo andaba buscando y era muy difícil encontrarlo.

Risueño tenía muchos amigos que retozaban y jugaban con él, se divertía de lo lindo. Jugaba, jugaba y jugaba, y no se preocupaba de lo que alrededor pasaba. Siempre decía a este mundo vine a gozar y con el que me conozca lo voy a realizar.

A Risueño una gran aventura le depara el destino si quieren saberlo esperen el otro cuento…

FIN

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MANUEL, EL PASTOR DE OVEJAS

La historia de Manuel, es una historia muy simple. Tan simple, que casi nadie se ha percatado de ella. Ni él mismo. Pero hoy os la voy a contar porque yo creo que todas las historias merecen ser contadas.

Manuel es un señor ya muy mayor que nació en un pueblecito muy pequeño del norte de España. Allí nació, se crió, fue a la escuela, más tarde se puso a trabajar en el oficio que le legó su padre, y a éste el suyo, y a éste su padre, y a este el suyo… que es pastor de ovejas. Claro, las ovejas no eran las mismas que las de sus antepasados, pero si el mismo campo donde pastaban, las taínas donde se guardaban por la noche y hasta los grandes pilones donde bebían el agua que había en varios puntos de los caminos.

Fue pasando el tiempo y Manuel encontró una buena mujer –también de su pueblo-, se enamoró, y se casó con ella, y claro se instalaron a vivir en su querido pueblo del que nunca hasta entonces había salido excepto para cumplir el servicio militar, que en aquella época era obligatorio. Aunque tuvo la suerte de que lo tocó en una provincia limítrofe con la suya y siempre que podía, se iba a descansar y a ver a los suyos a su pueblo.

Cuentos cortos - El pastorcillo y las ovejas

Y Manuel y su mujer tuvieron 2 hijos, que se criaron también en el pueblo, y fueron a la misma escuela, pero a diferencia de Manuel, ninguno de sus dos hijos quisieron seguir el oficio de sus antepasados y prefirieron, cuando fueron mayores, trasladarse a la ciudad para estudiar y prepararse para un oficio diferente.

Además a los dos les gustaba mucho viajar, por lo que recorrían pueblos y ciudades, y hasta países y disfrutaban mucho de ello.

Cuando iban a ver a sus padres, les contaban todo eso y Manuel se enfurecía mucho porque creía que sus hijos tenían que seguir manteniendo la tradición familiar, y desempeñar el mismo oficio que él, que a su vez había sido el de su padre, su abuelo, su bisabuelo, y así…hasta no sabía donde empezaba la tradición. Sigue leyendo

CEREFETON

Cuento corto escrito por: Maribel

En el espacio sideral en una de las galaxias, encontraron vida humana.

El planeta se llamaba Zoroebra. El lugar era maravilloso, las tecnologías más impactantes podía uno ver ahí.

Los carros corrían a través de carreteras especiales, conectadas unas con otras planificadas por arquitectos cibernautas.

En una casa con la forma de un pepino con todas las condiciones modernas del mundo moderno de Zoroebra, vivía un niño muy especial llamado Cerefetón.

Era muy curioso y cada vez quería inventar nuevas cosas diferentes a lo que uno creería que ya no se podía crear más. Sus computadoras estaban siempre trabajando al máximo.

Con lo que no contaba Cerefetón y solo había oído hablar de ellos era tener un perro, un animalito de verdad, ya que todo lo referente a animales era en forma robotizada. Sigue leyendo