LAS AVENTURAS DE ANGELICA


CuentoInfantil para niños, creado por: Jennifer Gonzalez Espinosa

En un lugar muy lejano había una hermosa isla con flores, frondosos árboles, casa de caramelo, edificios de chocolates, en fin, un mundo en el que no eras jamás infeliz.

En ese lugar había un castillo y dentro de él vivía un rey llamado Leonardo Lavith Reberte, su esposa se llamaba Doña Juliana Maliano y su hija Angélica Lavith Maliano.

Cuentos-infantiles-La-muñeca-constipada

Un día el rey fue a España para hacer negocios, en su regreso trajo muchos regalos, pero a su hila le dio lo más especial, tres muñecas que eran de su abuela española, que murió antes de que naciera la princesa. La muñeca más grande era de pelo carmelita y se llamaba Peich en honor a una amiga de ella. La más pequeña era de pelo rubio claro y se llamaba Fibi por su madre, pero la mediana era la más especial de todas, tenía el pelo rubio y se llamaba Paiper, que era su nombre.

Un día Angelica estaba jugando con ellas a tomar el té y de pronto Paiper se cae, la niña la recogió del suelo y dijo:

– ¡Oh, mi pobre muñeca! ¿Te dañaste?

De pronto siente una voz que dice:

– Ahora que has preguntado, no me duele nada.

La niña se asusta pero decide decirla:

– Esto tiene que ser una broma, ¿puedes hablar? Es lo más fantástico que he visto en mi vida.

– ¡Ayúdanos! Los niños no cuidan sus muñecas y cada una que rompen nos debilitan y podríamos desaparecer para siempre. – Respondió la muñeca.

Todo comenzó por una niña que no tenía muñecas, envidiaba a sus amigas porque ellas si tenían, pero un día sus padres le dieron una, aunque era muy fea, calva y sin ojos, la niña la rompió más de lo que ya estaba y fue rompiendo una por una las muñecas de sus amigas.

Al crecer creó una fábrica que las rompe y con ese material hace vestidos y ropas para las niñas.

La princesa dijo:

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– ¡Pero como puede ser eso? Solo las niñas como tú que cuidan bien a sus muñecas podrían destruirla. 

– Peroo, ¿qué debo de hacer?. – Dijo la niña.

– Solo viajar a muñequelandia, que es donde nacen las muñecas. Cada una destruida es una menos en el mundo, pero a nadie le interesa.

La niña se quedó unos momentos pensativa y dijo con firmeza y sin miedo:

– ¡Pues yo las salvaré!

Las muñecas empezaron a dar saltos de alegría.

Al día siguiente se despertó primero la niña, recogió lo que necesitaba y buscó en su habitación una pared para pintar un círculo que en verdad era un portal mágico para llegar a muñequelandia. Era un lugar más hermoso que su isla, habían muñecas grandes, medianas, pequeñas, de pan, de cristal, de jabón y de muchas cosas más, pero todas tenían los ojos llenos de llantos por haber perdido a tantas muñecas.

Angelica no lo soportó más y se echó a llorar de la tristeza de ese lugar.

La princesa hizo un mapa de la fábrica de la mujer para tratar de rescatar las muñecas y luego destruirla a ella. Llegaron a la fábrica pero sin darse cuenta cayeron en el hueco donde se rompían las muñecas, la mujer las vio y las encerró.

Angelica recordó que Paiper le había dicho que solo el amor que ella sentía por las muñecas destruiría a la mala, así que abrazó a las tres muñecas que tenía a su alrededor y las besó. Y lo más importante es que las dijo:

– Yo amo a todas las muñecas del mundo.

Inmediatamente a la mujer le desapareció un brazo, luego el otro, hasta que no quedó nada de ella.

Cuando la princesa regresó a casa todo seguía igual, sus padres dormían y ya era de noche, pero ellos pensaban que estaba en su cuarto, así que no se preocuparon.

Y colorín colorado,… este cuento se a acabado

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