CLARA, EL HADA FEA

En el reino de la hadas, vivía una joven llamada Clara, a la que todo el mundo conocía como el hada fea. Durante toda su vida, corta, ya que Clara tan sólo tenía 17 años, había vivido escondida en su casa, pues se avergonzaba del aspecto de su cara.

La joven hada fea, tal y como era conocida en el reino de las hadas, tan sólo salía de su casa para asistir a la ceremonia de hadas que se celebraba todos los meses, y donde las hadas más mayores compartían su sabiduría con el resto de hadas.

rebely-sofia-el-hada-mestiza-cuentos-infantiles-cortos-

Clara siempre salía con una mascara en la cara para que nadie pudiera Sigue leyendo

POKI Y EL COCO

Había una vez un pájaro carpintero llamado Poki, que vivía en una selva muy muy grande. En esta selva había muchísimos árboles y eran árboles de casi todas las variedades, entre ellos, había árboles cocoteros.

A Poki le gustaban mucho los árboles cocoteros, porque tenían unas ramas muy grandes en las que posarse, pero sobretodo le gustaban, por el fruto que daban: el coco.

Poki descubrió los cocos, cuando un día, a un mono se le calló uno al suelo, el coco se partió en dos, y Poki fue a curiosear para ver que había dentro del coco…

Poki vio que salía un líquido de dentro del coco, y que aunque el coco era marrón por fuera, por dentro era de color blanco. El interior del coco le pareció apetitoso, así que decidió probarlo picoteando… y a partir de aquel día, el coco fue su fruta favorita.

Cuentos cinfantiles- Poki y el coco

Pero para seguir comiendo cocos, tenía que esperar a que algún mono los tirara al suelo, ya que él no podía atravesar la cáscara dura con su pico, por mucho que lo intentaba picoteando sin parar.

Pero un día, cansado de esperar a que los monos tiraran al suelo algún coco, y después de mucho pensar, se le ocurrió lo siguiente: «Si yo picoteo la rama con mi pico, es posible que el coco también caiga, y así no dependeré de los monos para tomar mi postre favorito«.

Y así lo hizo, a partir de aquel día Poki tomó coco siempre que quiso, y ya no tuvo que esperar nunca más a que los monos hicieran el trabajo por él.

FIN

Cuentos para niños escritos por: www.cuentosinfantilescortos.net .

Recuerda que puedes recibir cuentos infantiles GRATIS en tu email, suscribiéndote aquí.

AZHAR Y LA FAMILIA DOMINÓ

Azhar es la hija pequeña del poderoso rey de cierto país lejano, donde el juego de dominó es un deporte nacional. Ella vive en el gran castillo donde habita la familia real, rodeada del más estricto protocolo y de los muchos servidores del rey. Entre ellos está Cronsos, criado responsable de los juegos y cuidador de la familia dominó.

La familia dominó vive feliz en el castillo gracias a Cronsos, que se preocupa de atender a todos sus miembros, a los que conoce muy bien. El duro trabajo que tiene que realizar la familia dominó cuando toca jugar la partida, se compensa con los cuidados que le proporciona su cuidador. Esta felicidad solo se ve alterada cuando Azhar consigue que Cronsos le permita jugar con las fichas como a ella le gusta.

A veces, cuando Cronsos no está presente, ella se las apaña para acceder a la caja donde se guarda a la familia dominó. Para ello, coloca una silla grande delante de la gran estantería del salón más gran del castillo. Toma la caja y la depositaba en la gran mesa rústica, sin la delicadeza con la que lo suele hacer Cronsos.

Cuentos para ninos - Azhar y la familia domino

Toda la familia es obligada a salir de la caja, quedando desparramada por esta mesa que no es tan fría como la de mármol. Azhar no sigue el mismo protocolo que los jugadores, porque no sabe jugar al dominó. Se limita a poner las fichas en fila sin el menor miramiento. Así, unos se daban la espalda a otros, algunos quedaban enfrentados y no precisamente con el de su agrado. A veces cabeza abajo, contrariedad que afectaba muchísimo a los menos equilibrados. Cuando todos formaban parte de una fila serpenteante sobre la mesa, sabían que comenzaba la aventura y el vértigo.

Entonces, Azhar empujaba al primero y observaba divertida cómo caía uno tras otro, hasta el último. Esto no era del agrado de todos los miembros de la familia dominó, pero asumían que tenían que soportar el capricho de Azhar una y otra vez, hasta que se olvidaba de ellos dejándolos tendidos sobre la mesa. Entonces venía Cronsos, los depositaba de nuevo en su caja y los devolvía a la gran estantería del gran salón del castillo.

En cierta ocasión, coincidiendo con la fiesta anual del castillo, en la que todos lucían sus galas, Azhar, con su vestido nuevo y brillante, se dirigió a Cronsos pidiéndole que le dejara jugar con la familia dominó. Él, un poco contrariado, no pudo negarse Sigue leyendo

LA FAMILIA DOMINO

En cierto país lejano, en el castillo del poderoso rey que lo gobernaba, en el más grande de los salones, había una gran estantería, en cuya parte más alta siempre estaba la caja en la que habitaba una familia dominó. Como todos los seres que habitaban el castillo, la familia dominó tenía que cumplir con su trabajo, que consistía en ponerse al servicio del rey y sus amigos cuando se reunían para jugar la partida de dominó.

La familia dominó estaba formada por veintiocho miembros, también llamados fichas, aunque cada uno tenga su propio nombre. Y como en todas las familias, además de su nombre, cada uno de sus miembros tenía su propia personalidad.

Quien mejor conocía a la familia dominó era Cronsos, el sirviente encargado de los juegos del castillo. Cronsos tenía que mantener en perfectas condiciones a la familia dominó, pasar revista a todas las fichas después de cada partida y colocarlos ordenadamente en la caja, que luego depositaba cuidadosamente en la parte más alta de la gran estantería. Conocía muy bien a todos sus miembros por su nombre de ficha, que era fiel reflejo de la personalidad de cada uno. También los conocían bien los jugadores, que se referían a ellos por su nombre y apellido que siempre eran números, aunque a veces utilizaban apodos.

Cronsos sabía cómo debía colocarlos en la caja, Sigue leyendo

OLMI Y EL OTOÑO

Todo los años para la misma fecha, en Octubre,  cuando llegaba el Otoño, Olmi el árbol, se ponía muy triste y dejaba de sonreír.

Olmi era un árbol de hoja caduca muy joven, al que le encantaba divertirse gastando bromas al resto de árboles del parque donde él vivía.

Pero de repente, justo cuando llegaba el Otoño, dejaba de hablar, y de gastar bromas, se ponía tan triste cuando veía que se le caían todas sus hojas al suelo que parecía otra persona.

Un día, un amigo de Olmi, planeó hacerle una fiesta sorpresa para que se animara y volviera a ser el mismo de antes. Lo tenía todo preparado, ya estaba todo a punto.

Cuentos infantiles - Olmi y el otono

Olmi estaba a punto de irse a dormir, «Buenas noches a todos, que descanséis«, les dijo al resto de Olmos del parque.

Pero de repente, empezó a escuchar la música de su amigo El árbol Play, hecha con el ruido de sus ramas y con la boca.

La cara de Olmi era de asombro, ya que era la hora de irse a dormir… y no entendía que Play se pusiera a cantar. Y justo en ese momento, el resto de árboles empezó a tirar serpentinas y globos de colores. Le pusieron un gorro de fiesta a Olmi y le dijeron:

«Amigo, hoy es el día de tu fiesta de Otoño. Vamos a divertirnos«, le dijo su amigo, el árbol Play.

«Pero no tengo ganas de fiestas, sólo quiero irme a dormir», dijo Olmi.

«Mira Olmi, tienes que fijarte en nosotros, y aprender que el Otoño no es triste. Nosotros los Olmos perdemos todas nuestras hojas en esta estación del año, pero para la primavera nos vuelven a crecer. ¡Así que venga anímate!»

Uno de los Olmos más viejos del parque, Sigue leyendo