LOS CALCULOS DE LOS AMIGOS PIRATAS

Cuento Corto para niños/as; escrito por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos

Había una vez cuatro amigos que eran piratas, cada uno se llamaba de una forma y se dedicaba a una operación matemática.

El pirata Barbarroja era un experto en sumas, continuamente obtenía resultados positivos de todas las misiones que emprendía, y se sentía muy orgulloso de tener la barba roja y en su escudo un signo de suma: «+».

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La resta la regentaba el pirata Garfio, que en una trifulca que tuvo en el País de Nunca Jamás perdió la posibilidad de coger cosas con las manos y se cambió la mano por un garfio. En su escudo se veía un signo de resta: «-«.

El pirata Sandokán manejaba la espada con gran soltura, y en batallas y entrenamientos con ella, parecía que en vez de una espada tenía seis. Por eso se dedicaba a la multiplicación, y en su escudo había un signo de multiplicar: «x».

El cuarto amigo era el pirata Barbanegra, que a pesar que ser calvo y no tener nada de pelo, le llamaban así porque daba mucho miedo encontrarse con él, y que dividía todo lo que encontraba a su alcance. Su signo era el de dividir: «%».

Cuando los cuatro se reunían para planificar sus próximas aventuras, aquello era una auténtica clase de matemáticas. Las operaciones que hacían eran kilométricas.

Barbarroja empezaba sumando los resultados de las batallas anteriores, Sandokán multiplicaba esos números, el capitán Garfio restaba aquello que no cuadraba, y Barbanegra repartía entre todos, los beneficios que hubieran sacado.

Así pasaban las jornadas en su barco «Las Mates«, hasta que un día se encontraron en alta mar, otro barco que ondeaba una bandera con un signo muy raro, eran dos líneas en paralelo: «=», al que jamás habían visto. Cuando estuvieron a la misma altura los cuatro piratas abordaron al barco extraño:

– «¡Al abordaje!», – dijeron.

Enseguida tenían acorralado a la capitana del barco «=», le hicieron muchas preguntas, a las que la pirata respondía un poco asustada:

– «¿Cómo te llamas pirata?»
– «Serenata», – contestó la pirata.
– «¿Qué signo es ese que llevas en tu bandera y tu escudo?», – preguntaron.

La pirata les miró extrañada y contestó: – «¿Desconocéis el significado de mi signo?, es el signo igual, que se pone al finalizar una operación matemática».

Los cuatro amigos piratas se miraron entre ellos, desconfiando de lo que decía Serenata. Ésta, viendo que los cuatro piratas sabían mucho de matemáticas, pero poco de emociones, les dijo lo siguiente:

– «Queridos piratas, sois unos expertos sumando, restando, multiplicando y dividiendo, pero os hace falta algo más para seguir aprendiendo e investigando. Con mi signo podréis completar todas vuestras operaciones, y os sentiréis más buenos y solidarios. Porque al final todos somos piratas y debemos compartir todo lo que sabemos».

Los amigos entendieron que siempre habían sabido mucho de matemáticas, pero siempre les había faltado alguien que les dijera que el orgullo y la prepotencia no eran el mejor camino, para darse cuenta de que todos eran iguales. Serenata les hizo abrir los ojos, y se sintieron muy agradecidos hacia ella.

A partir de entonces, los dos barcos se unieron, y entre ellos siempre se pedían consejo. Serenata llegó a ser la pirata más sensata de los mares, y los piratas se convirtieron en los mejores escuchadores de consejos de las mates.

FIN

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