EL PRINCIPE MATEMATICO

Cuento Infantil para niños/as, creado por : EDGARDO LUCIANO CAMARERO

Había una vez, en un reino muy, muy lejano, un joven príncipe al que le gustaba muchísimo hacer cálculos matemáticos. Estaba todo el día con un cuaderno y un lápiz haciendo todo tipo de cuentas, y resolviendo los más complicados problemas. Y jamás usaba la calculadora.

Un día su padre, el rey Quique, le dijo:

cuento - rey midas

– Cuchuflo, hijo. Por favor te pido que salgas a jugar al inmenso parque que tenemos en este castillo. Hoy es un día estupendo, y te va a hacer mal estar tanto tiempo encerrado en este cuarto. Nunca, desde tu nacimiento, has salido de él; y es muy malo para la salud de las personas estar todo el día recluido en un mismo sitio, sin relacionarse con otras personas.

– Está bien, padre – contestó el príncipe. Pero te aseguro que no me divertiré tanto como me divierto haciendo esta hermosa actividad. 

Al salir de su cuarto, Cuchuflo se encontró con un mundo totalmente novedoso para él. Decidió ir al parque, tal cual le había ordenado su padre, mas no conocía el camino. Por lo tanto, comenzó a investigar el castillo. Cruzando pasillos y escaleras, se topó con una pequeña puerta de madera.

¡Ésta debe ser la salida! – exclamó convencido. Al abrirla, notó que se había equivocado, pero quiso investigar hacia dónde conducía ese lugar. Era un sitio sumamente
oscuro, con muy poca iluminación como para no llevarse nada por delante. Llegó a dar sólo dos pasos, cuando oyó una voz que le dijo:

– Entraste en el laberinto más peligroso del universo, y no podés volver a atrás. Para cruzarlo, vas a tener que pasar tres pruebas muy difíciles. Si cometés un error, nunca más vas a volver a ver la luz del día… y la primera pregunta es: ¿Cuánto es 489 por 360?

El niño no tardó en responder: – ¡176.040!

– Muy Bien – Exclamó la voz – Puedes continuar.

Cuchuflo se dio cuenta en ese momento que sólo se trataban de cálculos matemáticos. Siguió recorriendo el lugar, hasta toparse con un gran vacío del cual no tenía
escapatoria. Y la voz dijo:

– Para cruzar este vacío, deberás responder tres preguntas. Cada respuesta correcta, será una salvación para vos, ya que aparecerá un peldaño para cruzar el agujero. Pero si te equivocas, la baldosa donde estés parado desaparecerá, y vas a caer a las profundidades, devorado por serpientes y arañas venenosas.

Y la primer pregunta es: ¿Cuánto es 92 dividido 2 menos 4 por 1 por 5 menos 8 por 3?

Antes de responder, Cuchuflo pensó muy bien lo que iba a contestar.

Tres segundos después, dijo seguro: -¡ DOS !

-¡Correcto!- Dijo la voz. – Puedes pisar el primer peldaño.

El joven príncipe acudió a la orden de la voz. Al instante, la misma dijo:
– Segunda pregunta: ¿Cuánto es 64 dividido 8 más 3 por 2 más 6 por 5 más 9 dividido 3?

El niño respondió con toda seguridad: – 61 –

– ¡Correcto! – Dijo la voz, a lo que agregó: Pasa al siguiente peldaño, y escucha con atención la tercer pregunta:

¿Cuánto es 43.126 por 89? Sólo tienes 5 segundos para responder.

Al príncipe Cuchuflo le resultó muy difícil esta pregunta, y pensó que le llevaría más de cinco segundos… entonces se esforzó demasiado. Y tres milésimas de segundos antes de que terminase el tiempo, el niño exclamó:
– ¡3.838.214! –
– ¡Correcto! – Dijo la voz. – Puedes continuar tu camino. Ya solo te falta la última prueba.

El jovenzuelo siguió caminando muy tranquilo por aquel oscuro laberinto. Minutos más tarde, divisó una luz, como si fuera la salida. Se apuró para poder alcanzarla más rápido, pero ésta se cerró de golpe, al momento que comenzaron a sonar unas sirenas y la voz comenzó a hablar nuevamente:

– Esta es la última prueba. Tienes pocos segundos para responderla, antes de que las paredes pinchudas de este cuarto se unan y te transformes un colador humano. Y la pregunta es:
Si a un número se le agrega 18, luego, a esa suma, se le restan 53 unidades y al resultado se lo multiplica por 3, se tiene el número 195. ¿De qué número se trata?

Cuchuflo nunca se había enfrentado a un problema de este tipo. Las cosas que él hacía eran muy complicadas, pero no tanto como ésta. Los nervios lo traicionaban al ver que esas puntiagudas paredes se unían para acabar con su vida, y no podía concentrarse para responder a esa cuestión. Ya faltaban menos de dos centímetros para que el príncipe matemático comience su largo camino al cielo, cuando a la mente se le vino la correcta respuesta:

– ¡100! ¡Se trata del número 100! – Exclamó Cuchuflo.

En ese momento, las paredes se detuvieron salvando la vida del niño. Éste corrió hacia la salida en la cual, detrás de ella, se encontraba su padre.

– Hijo – Dijo el Rey Quique – ¿Qué hacés saliendo de la más peligrosa trampa mortal?

– Me perdí buscando el parque – dijo el niño – y sin querer me metí ahí. Pero fue muy divertido. Casi muero al final, pero supe la respuesta antes que las paredes me pincharan.

– Hijo – agregó el rey – Si no fuera porque estás todo el día encerrando practicando matemática, te hubiera pasado lo peor. Te pido perdón por haber querido sacarte esa actividad. Ahora, si querés, podés continuar con lo que estabas haciendo.

– Si, papá – dijo Cuchuflo – voy a continuar con lo que estaba haciendo: buscar la salida al parque. – Lo pensé muy bien, y creo que lo mejor es salir a respirar un poco de aire puro. La matemática sirve muchísimo para la vida cotidiana de las personas, y por eso no hay que dejar de practicarla, aunque parezca la materia escolar más aburrida de todas. Pero tampoco hay que estar todo el día encerrado y alejado del mundo haciendo una sola actividad.

Comprendí que hay que salir al exterior, y relacionarse con todo tipo de personas, preferentemente de mi misma edad. Por eso, a partir de ahora, voy a dedicarme a estudiar, pero a divertirme a la vez. No voy a estar todo el día encerrado sin hablar con nadie. Voy a dedicarme de lleno, las primeras horas del día al colegio, y al finalizar las tareas, saldré a jugar con los amigos que me haré ahora. Muchas gracias, papá, por haberme retado.

Así, Cuchuflo, nunca más estuvo solo en su cuarto. Cuando llegaba del colegio, hacía la tarea e iba a jugar con sus amigos.

Y vivió muy pero muy feliz TODO el resto de su vida.
… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado…

Fin

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11 pensamientos en “EL PRINCIPE MATEMATICO

  1. priscila

    está tan fabuloso el cuento pero no me gustó mucho porque no tiene las respuesta correctas jajjaja pero estuvo espectacular el cuento este :) :) :*

  2. Zakk

    Para quienes no lograron los resultados que se indican:
    – Intenten una vez más, pero esta vez resolviendo división y multiplicación, y por último suma y resta.
    Saludos! 😉

  3. martina

    No me gustó, presenta el área de matemática y el «estudio»como algo desagradable y aburrido. No adhiero. Sdos

  4. María de Jesús

    Muy buen cuento, pero por qué no me salen las respuestas en las preguntas: ¿ Cuánto es 92 dividido 2 menos 4 por 1 por 5 menos 8 por 3? Me da 606 ¿Cuánto es 64 dividido 8 más 3 por 2 más 6 por 5 más 9 dividido 3? Me da 49.6, y Si a un número se le agrega 18, luego, a esa suma, se le restan 53 unidades y al resultado se lo multiplica por 3, se tiene el número 195. ¿De qué número se trata? Me da 52.5 y si lo resuelvo como ecuación de primer grado. Entonces la duda es cuál es la respuesta correcta o qué hago mal.

  5. Marcela

    Tengo tres cosas para escribir:
    La primera: el cuento corto, lo que se dice corto, NO ES.
    La segunda al realizar las operaciones matemáticas indicadas en «¿Cuánto es 92 dividido 2 menos 4 por 1 por 5 menos 8 por 3?», no se obtiene como respuesta dos. No me queda claro si es un error de digitación o de interpretación de las operaciones.
    Tercera: Las indicaciones «¿Cuánto es 64 dividido 8 más 3 por 2 más 6 por 5 más 9 dividido 3?», tampoco me dan el resultado que allí aparece (61), es más es número que da no es múltiplo de tres, por lo que la respuesta final no es exacta.

  6. YHERIS PAOLA

    CORTO QUIEN DIJO CORTO YO SE EN EL TITULO DECE CUENTOS CORTOS PERO CORTO ESTE CUTO NO ES

Los comentarios están cerrados.