Alex es el protagonista del cuento de hoy, y sólo hay una palabra que lo describa: «TRAVIESO«. Alex, Tan sólo tiene 5 años, pero desde que empezó a dar sus primeros pasitos no ha parado de ir haciendo alguna de las suyas.
Hoy era 31 de Diciembre, conocido por todos como el día de noche vieja, y la mamá de Alex, ya estaba preparando todos los detalles para la cena de nochevieja, las uvas, el pavo relleno, los turrones, etc.
Mientras tanto Alex merodeaba por el pasillo de la cocina jugando con el coche teledirigido que le había traído Papá Noel hacía unos días, pero sin perder detalle de lo que hacía su madre. A Alex le llamaba mucho la atención que su madre tuviera en una bandeja del horno un pavo al que no paraba de meterle cosas dentro.
Pasadas unas horas, por fin, la mamá de Alex había terminado de preparar la cena de la nochevieja, y se fue a su habitación para darse una ducha y vestirse de gala para recibir a los invitados.
«Alex, voy a darme una ducha, no tardo nada. Quédate jugando con el coche en el pasillo, ¿vale?«, le dijo su mamá a Alex.
«Vale mamá«, respondió Alex mirando fijamente al pavo que había dejado su madre en la mesa de la cocina.
Alex esperó a que sonara el agua de la ducha para llevar a cabo la idea que tenía en la cabeza, y en cuanto sintió las primeras gotas de agua, corrió hacia el pavo para ver qué era eso que su madre le había metido dentro al pavo.
«Esto no va a ser fácil«, pensó Alex. «¿Cómo saco las cosas de ahí?«, se preguntaba en voz alta.
Y de repente,