Todos los niños tienen un ángel de la guarda que les guía, les cuida y les protege. Eso al menos es lo que me decía mi mamá, que al darme el beso de buenas noches, siempre repetíamos la misma conversación:
– Que sueñes con los angelitos, mi amor
– ¿Quiénes son los angelitos, mamá?
– Son los enviados de Dios que se encargan de cuidar, proteger y guiar a cada niño, porque como Dios solo no lo puede hacer, necesita de ellos para que le ayuden.
– ¿Y todos los niños tenemos un ángel que nos cuida?
– Así es hijo.
– Pues entonces yo quiero soñar con él para conocerle y que me cuente muchas cosas.
– Buenas noches, mamá
– Buenas noches, hijo
Esta conversación se repetía todos los días porque Juan necesitaba escucharla para convencerse de que tenía un ángel muy cerca de él que le cuidaba y protegía.