Cuentos de Tolerancia

Cuentos infantiles con la tolerancia como principal valor humano. Estos cuentos ayudan a los niños a aprender a ser tolerantes. Cuentos de tolerancia infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de tolerancia a los niños, para que sean más tolerantes. Cuentos de tolerancia que estimularán el lado más tolerante y respetuoso de los niños.

Cuentos de Tolerancia:

EL BURRO INTELIGENTE

Había una vez un burro que se llamaba Bruno. Vivía con su dueño, un hombre mayor llamado Deogracias.

Bruno y su amo iban todos los días al campo a trabajar las tierras, las cuidaban para que no salieran malas hierbas, araban y sembraban para luego recoger la siembra.

La labor de Bruno era muy importante, pues gracias a él, Deogracias no se cansaba tanto, pues era Bruno el encargado de las tareas más duras.

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EL CONEJO Y LA ISLA DE BAMBU

Érase una vez un conejo que vivía en una isla llena de cañas de bambú. Se llamaba Puchini, y recorría la isla todos los días de un extremo a otro, sorteando las cañas de bambú, para conseguir comida.

La madriguera de Puchini estaba situada en un extremo de la isla, y el sitio donde Puchini recogía la hierba estaba al otro extremo de la isla.

Un día, Puchini pensó: «¿por qué no puedo ir a por hierba sin tener que esquivar todas las cañas de bambú?«. Entonces, se puso manos a la obra y empezó a arrancar cañas de bambú para trazar un camino que le llevase a su comida fácilmente.

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Repentinamente, cuando estaba arrancando la segunda caña de bambú, oyó una voz que le decía: «Conejillo Puchini! No arranques más bambú de tu camino, porque si haces eso, todos los que vivimos en esta isla, desapareceremos!!»

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EL NIÑO Y EL BOSQUE

Alex es un niño muy especial, al que le gustan mucho los árboles. Siempre se ha sentido muy identificado con la naturaleza y le ha gustado hacer acampadas en el bosque.

Alex tiene una hermana pequeña llamada Julia, a la que le gusta mucho jugar con sus muñecas, pero también le gusta la naturaleza y sobretodo le gusta cuando se van de viaje a la nieve con sus padres.

Un día sus padres decidieron que se iban a ir de vacaciones y les daban a elegir entre ir de acampada al bosque o ir a ver la nieve y a esquiar.

Entonces, Alex gritó rápidamente que quería ir de acampada al bosque, y Julia dijo que prefería ir a la nieve, ya que el año anterior habían ido de acampada y no a la nieve.

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Entonces, los padres le dijeron a Alex: «¿qué crees tú que es lo más lógico?» Y Alex gritó: «Lo mejor es ir a hacer una acampada en el bosque para ver los arboles!!».

Los padres le insistieron en que lo pensara, pero Alex estaba enfurruñado con su idea.

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MANUEL, EL GATO POLICIA

Había una vez un gato, Isidoro, que era muy respetado por todos los demás gatos del lugar, pues había conseguido que una anciana le llevara a vivir a su casa y tuviera todos los cuidados que nunca hubiera podido imaginar.

Manuel, era el policía del barrio y su trabajo consistía en avisar a todos los demás gatos, en caso de que hubiese perros cerca y estuviesen en peligro.

Hoy, era el día en el que tenían que reunirse todos los gatos, para decidir quien sería el nuevo gato policía, ya que Manuel, no podía correr tan rápido como hace unos años y se estaba haciendo mayor…

Cuento Manuel el gato policia

El gato Isidoro, estaba dando un discurso, convenciendo a todos los asistentes, de que sin lugar a dudas el mejor gato que podía tener una responsabilidad como esa, era él. Alegaba que comía muy bien y que eso le permitía estar fuerte y sano, y así ser muy veloz.

Isidoro pensaba que sería el nuevo policía, pues nadie más se presentó, pero de repente, una linda gatita apareció en lo alto de un cubo de basura. «hola amigos, yo también quiero se candidata para policía, pues soy muy ágil y veloz».

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LA NUBE Y EL VIENTO

La nube Claudia se encontraba muy feliz y contenta porque estaba junto con su amigo el sol. Hacia un día espléndido y los pajarillos cantaban una y otra vez sin parar.

De repente, el viento empezó a soplar y la pobre nubecilla Claudia, no podía parar de moverse, porque el viento le empujaba de un lado a otro.

Cuento nube y el viento

Entonces, Claudia le dijo al viento: «¿por qué soplas tan fuerte?»

Y el viento contestó: «porque tengo que ayudar a las semillas de las plantas a viajar de un lado para otro, para que así, nazcan nuevas plantas. Y también gracias a mí, los molinillos de viento se mueven y los hombres obtienen así la electricidad.»

Entonces Claudia, la nube, entendió que aunque durante un rato no pudiera dejar de moverse por el soplido del viento, era para ayudar a los demás.

FIN

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