Había una vez un almendro llamado Coral, que vivía a las afueras de una pequeña ciudad de Costa Rica, en Centroamérica.
Coral estaba plantado en el jardín de una casa, donde vivía una familia con un niño llamado Oscar.
Alrededor de Coral había plantados unos cuantos pinos, que la familia utilizaba como árboles de Navidad, transplantando al salón un pino cada año.
Pero Coral se sentía mal porque nunca contaban con él para ser árbol de Navidad…
El resto de pinos que vivían alrededor de él, le decían: «Coral, tú eres un almendro, y los almendros en Navidad no están en flor… por eso nunca podrás ser un autentico árbol de Navidad..»
Un día, el pino más sabio del jardín, le dijo: «el día que florezcas en Navidad serás el protagonista para estas fechas tan señaladas«.
Oscar, el niño de la casa, que estaba escuchando lo que el sabio pino le decía al almendro, pensó en cómo se estaría sintiendo el almendro al saber que nunca florecerá en Navidad… y decidió hacer algo.
Mientras tanto, Coral, se esforzó mucho tratando de dar la flor cada vez más tarde, pero no podía controlarlo…, era la naturaleza la que imponía esa tortura para él.
Un buen día, después de haber dormido a pierna suelta durante toda la noche, Coral abrió los ojos y se encontró en el salón de la casa, Sigue leyendo