Había una vez un koala llamado Chiquipurri, que vivía en un bosque de Australia.
Chiquipurri llevaba gafas, porque de lejos no veía muy bien.
Cuando se despertaba cada día, lo primero que hacía era ponerse sus gafas. Y a partir de entonces, las llevaba durante todo el día, hasta que se acostaba en su árbol favorito.
Un día, Chiquipurri se levantó por la mañana, y no encontró sus queridas gafas, a pesar de haberlas buscado muy bien por todo el árbol donde dormía.
Chiquipurri, enfadado, empezó a echar las culpas de la desaparición de sus gafas a todos los koalas de su alrededor.
Pero de repente, llegó la madre de Chiquipurri y le dijo: «Hijo, aquí tienes tus gafas. Estaban en el árbol donde te acostaste, lo que pasa es que por la noche has cambiado de árbol mientras dormías, y al levantarte, pues tus gafas no estaban, claro…«
Chiquipurri el koala entendió rápidamente que no se debe echar las culpas de lo que te pasa, a los que están a tu alrededor, ya que seguramente no tengan la culpa, y todo sea un despiste tuyo.
FIN
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Me gusto mucho el cuento, muy bueno
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