EL LIBRO MAGICO – 2ª Parte

Cuento Infantil para niños, escrito por: María de los Angeles Morales Domínguez

Cuando llegó del colegio, lo primero que hizo como todas las tardes, fue merendar y hacer los deberes. Después pensó, jugar un rato con la maquinita, pero le picaba la curiosidad y decidió abrir de nuevo aquel libro tan raro que le había regalado su abuelo.

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Cuando lo abrió, todo empezó de nuevo. El protagonista de nuevo era un tal Fidel y ahora trataba de un astronauta que iba a un planeta lejano en busca de nuevas formas de vida. Fidel leyendo, leyendo, se dio cuenta que ya no estaba en su habitación, sino en una nave espacial, surcando el espacio en dirección hacia lo desconocido. Esta vez decidió, vivir la aventura sin más y así lo hizo. Esta vez aquella aventura terminó descubriendo un nuevo planeta donde habitaban los Selenitas, que eran unos seres muy parecidos físicamente los humanos, pero con un corazón lleno de bondad y amor por todos los seres vivos. En el planeta Selen, no existían los robos, ni las peleas; todo el mundo era feliz y respetaban la naturaleza.

– ¡Fidel! ¡Fidel! ¡A cenar! – decía la mamá del niño.

Fidel en ese momento, volvió a verse a si mismo en su habitación y con el corazón lleno de muchas emociones nuevas aunque algo aturdido porque había vuelto a suceder de nuevo lo inexplicable. Pero aún así llegó a una conclusión:

– “Mi abuelo me ha regalado un libro mágico!

Salió de su dormitorio y fue al salón para cenar con su familia.
– ¿Qué tal con el libro nuevo? – le preguntó su abuelo.
– Bueno, está bien – dijo Fidel.

Por ahora no quiso contar nada de lo sucedido el día anterior y ese mismo día.
Pensaba que nadie lo creería y que tenía que ser todo una ilusión, porque era imposible que existiera un libro así.

– “Lo que haré, será abrirlo un día más y seguro que esta vez no ocurre nada”– pensó Fidel.

Esa noche se fue a la cama temprano, pues estaba muy cansado, después de haber ido y venido al Planeta Selen.

Cuando llegó del cole al día siguiente, se fue directo a su dormitorio para abrir el libro, pero no estaba donde él lo había dejado. Llamó a su madre y le preguntó donde estaba y ésta le dijo que lo había guardado en el escritorio. Fidel corrió a su habitación abrió el escritorio y allí estaba. Se sentó en la cama y lo abrió de nuevo. Esta vez el libro comenzaba con una pregunta: ¿Qué aventura te gustaría vivir, Fidel?

– ¿Cómo que aventura me gustaría vivir?? – Pensó el niño. Siempre quise vivir una aventura en el aire, ser un gran aviador que va de un lado al otro del mundo en su pequeña avioneta, parando en muchos países y conociendo mucha gente. Acto seguido se vio sobrevolando una pequeña isla, montado en una avioneta de color rojo brillante. A su lado había una guapa jovencita, que le pedía que no hiciera tantas carambolas en el aire porque se mareaba. Pasaban los minutos, y Fidel se encontró de lleno, viviendo su gran aventura, aquella que siempre había deseado. De nuevo la voz de su madre reclamándolo para cenar lo llevó de nuevo a la realidad.

Aquella noche, después de cenar, Fidel decidió contarle todo lo sucedido a su abuelo, y ahora creía de verdad que aquel libro que había encima de su cama era en realidad un libro mágico. El abuelo, le dijo que fuera a buscarlo, para comprobarlo y el niño así lo hizo. Cuando el hombre lo tuvo entre sus manos y lo abrió, había muchas palabras escritas, muchas frases y tres aventuras: una de piratas, otra de un viaje a Selen y por último la historia de un aviador que recorrió el mundo y conoció bellos lugares y gente encantadora. Fidel, se sorprendió mucho, porque cuando él abría el libro, siempre aparecía una nueva aventura y la vivía de verdad; y esta vez, todas esas aventuras estaban ya escritas y no había sucedido nada extraordinario. Pensó que aquel libro mágico ya no era tan mágico, pero que él seguiría buscando uno que lo hiciera vivir esas bellas aventuras que había vivido los días anteriores.

– Abuelo, ya lo he terminado de leer, ya puedes llevárselo al librero que te lo prestó, me ha gustado mucho y deseo, que me traigas otro que él te recomiende – dijo Fidel.

– Así lo haré, mañana mismo lo llevo y te traigo otro – dijo el abuelo.

– No se te vaya a olvidar – dijo Fidel.

Al día siguiente el abuelo fue a la librería esperando encontrarse con aquel hombre de lo había atendido en días anteriores. En su lugar se encontró una joven muy simpática que le dijo que allí no había trabajado nunca un hombre de esas características y que era ella la que estaba al frente del negocio desde que lo abrieron. El abuelo de Fidel extrañado, decidió entregarle el libro y no hacer más preguntas; pero cuando fue a coger el libro de la bolsa donde lo llevaba no encontró nada, aturdido, solo alcanzó a coger un libro de una de las estanterías, pagarlo y salir de allí, pensado que todo aquello era muy extraño. Llegó a casa y Fidel ya estaba allí.

– ¿Me has traído un nuevo libro?– dijo Fidel.
– Claro que sí, aquí lo tienes. Espero que te guste – dijo el abuelo.

Fidel cogió el libro y se fue a su dormitorio. Cerró la puerta, se sentó en su butaca y abrió el libro, esperando que sucediera algo maravilloso. Pero nada de nada. Decidió, seguir leyendo y leyendo para ver si en algún momento la magia volvía de nuevo y cuando se dio cuenta, había terminado de leerlo y estaba encantado, porque aquella aventura de indios y vaqueros le había encantado y era como si hubiera viajado por un momento al viejo oeste.

– Mañana leeré otro y esta vez quiero que sea sobre un niño que juega al fútbol y que se convierte en un jugador famoso – pensó Fidel.

Esta vez decidió ser él, el que fuera a la biblioteca escolar a buscar un buen libro. La bibliotecaria se sorprendió mucho de verlo allí y lo atendió al momento. Fidel le dijo lo que deseaba y ella encontró justo un libro que trataba más o menos de ese tema.

A partir de ese día Fidel visitó muy a menudo la biblioteca y cuando llegaba su cumpleaños o el día de Reyes, siempre pedía un buen libro que lo llevase a vivir otra nueva aventura.
Al final aquel libro que le había traído su abuelo y que él leyó un poco a regañadientes, si resultó ser un libro mágico, porque había conseguido lo imposible, que Fidel amara la lectura y comprendiera que leer es vivir nuevas aventuras. Un día eres un pirata, otro un astronauta y al siguiente un piloto de carreras. Si te dejas llevar por la magia de la lectura, vas a conocer muchos países y viajar con tu mente a sitios llenos de encanto.

El abuelo nunca más volvió a aquella librería y tampoco volvió a ver aquel hombre que tan generosamente le había prestado aquel libro, pero aún así le estuvo infinitamente agradecido porque su nieto se había convertido en un gran lector, que devoraba libros y libros y que en un futuro quería ser escritor.

FIN

– Moraleja del cuento: La magia existe, sobre todo cuando se trata de leer. Para demostrarlo simplemente abre un libro y déjate llevar. Cuando lo termines seguro que serás un poco más sabio.

– Valores del cuento: Sobre todo el valor de un buen libro y de la lectura en general. Con cada libro que lees vives una nueva aventura que seguro que te enriquecerá en todos los aspectos de tu vida.

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