EL ESPEJO MAGICO DE PETALO

Cuento Infantil para niños y niñas, creado por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos

Todas las mañanas en el espejo de su habitación, Pétalo se miraba de arriba a abajo para comprobar que su nariz seguía siendo igual de gordita, sus ojos grandes y algo tristones, y su sonrisa un poco hacia abajo. Ella pensaba que era la mejor forma de empezar el día, para que luego todo lo que le pasara desde ese momento, empezara a alegrar sus ojos y a mostrar una sonrisa de verdad.

Ese espejo se lo había encontrado casi destrozado en la calle, y con ayuda de sus padres lo reparó y lo puso en su habitación. El marco lo pintó de color negro y marrón, y el espejo estaba roto por alguna esquina, ya que ese detalle no lo pudo reparar.

Cuentos infantiles - El duende verde de la casa

Un buen día soñó que unos duendes le escondían su espejo en el hueco de un árbol del bosque, y lo sustituían por otro muy parecido pero con el marco de colores, y con reflejos dorados y plateados cuando se reflejaban las imágenes.

Cuanso Pétalo se despertó y vio que su sueño no era un sueño, y que su nuevo espejo despedía brillantina y purpurina al mirarse, se sintió confusa y algo enfadada. ¿Porqué no podía empezar el día con su acostumbrado reflejo e ir sintiéndose mejor según pasaba el día?.

Tan enfadada estaba que ni siquiera se miró al pasar por delante de él, al contrario, le dio la espalada y no pudo observar lo que el espejo hizo, una niña parecida a Pétalo la miraba desde dentro del espejo, con los brazos en jarra y con una sonrisa de soslayo, al mismo tiempo que guiñaba un ojo.

Pétalo volvió a casa por la tarde después de un cansado día de colegio, sin haber contado a nadie el episodio de su nuevo espejo, y enseguida se encerró en la habitación, se sentó delante de aquel artilugio que quería cambiarle la vida, y empezó a mirarse.

De repente se sorprendió a ella misma sonriéndose a través del espejo, aquel espejo le estaba devolviendo algo que nunca antes había visto, y Pétalo se dio cuenta de que lo que sentía era mucho mejor que sus sentimientos anteriores.

A la mañana siguiente, después de soñar que unos duendes reparaban su antiguo espejo, y lo decoraban con purpurina y colores, se lo llevaban a casa de otro niño, saltó corriendo de la cama y se miró en su nuevo y colorido espejo. De repente su reflejo era otro, sus ojos eran grandes y alegres, su nariz no parecía tan gordita y una sonrisa enorme llenaba su preciosa cara.

Así fue como Pétalo comenzó a sonreír cada día, y como se dio cuenta de que los duendes existían y hacían cosas buenas por los niños.

FIN

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