CASTAÑA, LA VACA LECHERA

Cuento Infantil para niños, creado por: María de los Ángeles Morales Domínguez

En un pueblo de Asturias, vivía un ganadero, que tenía una vaca llamada Castaña.

Castaña era una vaca de leche, de gran tamaño y también de gran corazón. Por la noche, solía dormir en la cuadra junto a sus compañeras, también vacas como ella.

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Por el día el ganadero, las llevaba a un prado donde la hierba era abundante y de un sabor exquisito.

Castaña era feliz, muy feliz hasta que un día dejó de dar leche y el ganadero empezó a preocuparse.

– ¡Esta vaca me tiene preocupado!, ¡No sé que voy a hacer con ella si no empieza a dar leche como antes! -decía el ganadero.

–  No podemos mantenerla! – decía la mujer del ganadero.

Pasaban los días y Castaña no daba leche. Una tarde en el prado, una de sus compañeras se acercó a nuestra amiga vaca y le contó el rumor que corría por la cuadra y en la granja en general. También le dijo que estaban todos muy preocupados, ya que era ella la que encontraba siempre una solución a sus problemas. Como aquella vez que Lolo el perro de la familia tenía dolor de tripa y Castaña le dio a comer unas hierbas que se lo quitó en un instante.

Ningún animalito de la granja quería que Castaña se fuese, ya que los ayudaba y los mimaba como una madre.

Una tarde, el ganadero subió al prado donde estaban las vacas para bajarlas hasta la cuadra. Cuando iban bajando la ladera de la montaña, el ganadero resbaló y cayó dándose un golpe que lo dejó inconsciente. Castaña se dio cuenta y rápidamente bajó al lugar donde se encontraba el hombre y lo encontró inmóvil.

– ¡Hay que pedir ayuda! ¡No se mueve! – Gritaba Castaña a sus compañeras vacas.

Como las vacas no hablan, Castaña decidió arriesgarse a bajar a la carretera y pedir ayuda. Se plantó en  medio del asfalto y esperó a que llegara algún vehículo. No tardó en aparecer el veterinario del pueblo, que conocía ya a Castaña de haberla atendido en alguno de sus partos.

–  Qué te pasa Castaña? ¿Qué  haces en medio de la carretera?– dijo el veterinario.

Castaña no dejaba de  mugir y de pronto empezó a subir prado arriba. El veterinario comprendió que quería que la siguiese. Castaña lo llevó hasta el  lugar donde permanecía inmóvil el ganadero. El veterinario lo ayudó a bajar y lo llevó en su coche al médico. Por suerte solamente tenía un chichón en la cabeza y magulladuras por todo el cuerpo.  El veterinario contó al ganadero una vez restablecido,  lo que había hecho su vaca por él.

En una semana, el ganadero estaba restablecido pero Castaña seguía aún sin dar una gota de leche.

Por la mañana el ganadero apareció como siempre en la cuadra acompañado de su mujer. Se acercaron al lugar donde estaba Castaña y el ganadero habló diciéndole a su mujer:

– Esta vaca me ha salvado la vida, si no hubiera sido por ella, me hubiera inmóvil y con frío en el monte sin que nadie pudiera atenderme. Se merece un larga y cómoda vida, ¡ya ha dado suficiente leche y ha tenido varios teneros! Desde ahora vivirá tranquila disfrutando de la rica hierba del prado y de la comodidad de esta cuadra, cuando el tiempo no permita llevarla montaña arriba.

– Estoy de acuerdo contigo, marido. He sido muy egoísta pensando en que se tenía que ir cuando nos lo ha dado todo. – dijo la mujer.

Desde ese día Castaña vivió tranquila en la cuadra sin  temer a que la echasen. Pero el cuento no acaba aquí ya que un buen día el veterinario la examinó y dijo:

– ¡Castaña está embarazada!

Y así fue. Castaña dio a luz un hermoso ternero que  pudo alimentar gracias a la rica leche que comenzó a manar de nuevo de sus ubres y quizás también te alimente a ti. ¿Cómo?- te preguntarás. Muy sencillo con esa leche tan rica  que tus padres compran en el supermercado, y que  quizás, tal vez, pueda ser de CASTAÑA.

FIN

Moraleja: Hay personas y también animales como en el caso de Castaña, que lo dan todo y en muchas ocasiones sin esperar absolutamente nada a cambio. Tenemos que ser conscientes de ello y valorar lo que los demás hacen por nosotros y aprender de ello. También tenemos que pensar en los demás y aprender a ser agradecidos.

Valores: La amistad, el agradecimiento, el reconocer tus errores, etc.

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6 pensamientos en “CASTAÑA, LA VACA LECHERA

  1. Cecilia Ivon Alarcón Sandoval

    Como bibliotecaria excelente material para trabajar con los niños, les agradezco montones por tener ésta oportunidad de contar con éstos hermosos cuentos que van en pleno beneficio de nuestros alumnos. Destacando valores, sentimientos y motivando el interés por leer.

  2. Nora

    Hermoso cuento! cortito, justo y necesario para describir e imaginar cada situación, ideal para niños bien chiquititos

Los comentarios están cerrados.