LAS AVENTURAS DEL PERRITO NAPOLEÓN, PAQUITO EL PIZOTE Y EL GATO CHICO-CHICO

Cuento infantil para niños, creado por: Maríache (Nicaragua)

Nuestros tres amigos vivían  en  la selva, pasaban todo el día explorando el bosque, y en las noches dormían acurrucados uno contra el otro.

Durante el día Napoleón corría detrás de cualquier lagartija, Chico-Chico perseguía las mariposas multicolores y Paquito buscaba en los arboles los panales de miel y en el suelo los insectos que eran su delicia.

Un día, oyeron un ruido raro, parecía un motor,  y además se oían voces -¿pero quién sería?  A esa parte de la selva no llegaba nadie. Curiosos los tres  se acercaron al lugar de donde provenían las voces y escucharon:

– «Aquí estaremos bien, dijo una voz, -es un buen sitio para esperar que pasen los animales, pues veo  todo tipo de  huellas».

Sigilosamente Napoleón, Paquito y Chico-Chico, se alejaron del lugar, temerosos de ser descubiertos, horrorizados de lo que acaban de oír y descubrir.

Reponiéndose del susto dijo Napoleón: -¡Qué horror!! esos son los cazadores ilegales!! -Oí decir, que ellos se llevan a los gatos salvajes, monos,  las loras, tucanes y otros animales de la selva, para venderlos a la orilla de la carretera.

-Hay!! exclamo Chico-Chico, -menos mal que soy un gato casi domestico, tú Napoleón no corres peligro eres un perro común y corriente, pero Paquito  es un pizote, y pueda ser que les interese. Y dirigiéndose a Paquito le dijo- Mira Paquito habrá que esconderte, nada de alejarte de nosotros!!

-Nada de ir a buscar panales de miel lejos de aquí!! -Tenemos que estar juntos, así Chico-Chico y yo, te protegeremos, le dijo Napoleón. Dicho esto, se  sintieron más tranquilos y se durmieron acurrucados el uno contra el otro.

Al salir el sol, Paquito, no pudo resistir la idea  de ir a buscar los panales de miel y sin hacer ruido se fue en medio de los arboles,  y   de pronto…. zass!! sintió una cuerda alrededor del cuello y oyó con horror una voz que decía -mira lo que tengo aquí!! un pizote!! Esto es dinero, conozco a alguien que pagaría un buen precio por este  animal.  Otra voz dijo: -entonces  levantemos  el campamento y  antes del mediodía estaremos en la carretera vendiendo las loras, tucanes, el bebe ocelote  y  este pizote.

Al  ver Napoleón y Chico,  que Paquito no regresaba se asustaron, y  decidieron ir en su busca.  Napoleón, olfateando , seguido de Chico-Chico, siguió  el rastro de Paquito hasta el campamento de los cazadores ilegales, y al llegar,  oyeron el llanto de un bebe ocelote que gemía desesperado, los gritos de las loras, el alboroto de los tucanes  y pudieron ver como subían a Paquito  con las patas amarradas a la parte de atrás del vehículo.

Sin pensar un segundo,  Chico-Chico, saltó al vehículo y Napoleón decidió correr y perseguirlo  pues se llevaba a sus amigos.

-Ay, Chico Chico -dijo Paquito casi llorando, al ver a su amigo  -me atraparon, que va a ser de mí!! Dicen que lo venden a uno, yo no sé vivir encerrado y lejos de mi selva!!

 -No  te preocupes, yo voy a soltarte, -dijo Chico-Chico.  También voy a abrir las jaulas de las loras y tucanes, soltaré al  bebe ocelote. Todo esto hay que hacerlo  sin hacer alboroto ni ruido.

-No te preocupes Paquito, le dijo -ya viene Napoleón corriendo detrás  para ayudarme.

Rápidamente, Chico Chico soltó las cuerdas que amarraban a Paquito y le dijo: -No hables, no te muevas, hasta llegar a la carretera, pues hay que dar tiempo que llegue Napoleón. Abre las jaulas de las loras y tucanes, diles que no se muevan ni hagan ruido y también cuida al bebe ocelote para que se calme un poquito y deje de llorar.

-Hay – dijo Paquito. -Ya estamos en la carretera  y  nada de Napoleón, yo tengo mucho miedo.

Los  hombres estaban poniendo el letrero “venta de Loras, tucanes y animales salvajes, “

-Pobre de mi, gemía Paquito. -Ojala Napoleón  pueda llegar hasta aquí.

Mientras tanto, en el camino, Napoleón se había encontrado a  la mama  ocelote que apurada y afligida, seguía  el rastro de los mismos cazadores  que llevaban a Paquito y a su bebe  y  se unió con Napoleón para rescatarlos. Ella conocía un atajo para llegar más rápido a la carretera.

Al rato, llegaron al sitio donde los cazadores ilegales habían  instalado su venta y se escondieron.

-Bueno, dijo uno -ya estamos listos,  y de pronto , saltó de su escondite la mama ocelote  sobre uno de los hombres y Napoleón  mordió la pierna del otro cazador,  aprovechando ese momento, Chico- Chico  gritó: -Ahora todos fuera de las jaulas y vuelen a la libertad!!!

Se oían los gritos de los cazadores pidiendo ayuda, pedían  que les quitaran a esas “fieras “de encima. A sus gritos acudió una patrulla de policía que vigilaba la carretera y Napoleón les explicó  lo que esos cazadores habían hecho. La policía se llevó esposados a los cazadores  pues habían cometido un crimen, ya que los animales salvajes pertenecen a la selva y tienen que vivir en libertad.

Paquito mientras tanto junto con el  bebe ocelote corrió hacia la selva y  junto con Chico Chico en un recodo del camino esperaron a la mama Ocelote y a Napoleón que venían detrás de ellos.

Cuando llegó  la mama ocelote llena de alegría abrazó a su bebe y detrás de ella  llegó Napoleón, que con gran entusiasmo y alegría abrazo a su amigo Paquito y todos regresaron a la selva.

Paquito lleno de emoción dijo: -Gracias amigos, gracias!!! -Que hubiera sido de mi!!  Y prosiguió –  Ahora sé que somos más que amigos, que somos  uno para todos y todos para uno.  ¡Viva la amistad!!

FIN

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